Ence congela sus inversiones en Pontevedra

La pastera paraliza las inversiones que tenía previstas para su fábrica de Pontevedra hasta que no se clarifique su futuro

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Frenazo a las inversiones millonarias de Ence en Galicia. La pastera ha anunciado que congela sus inversiones previstas a partir de 2020 en la fábrica de Lourizán (Pontevedra) a la espera de que se clarifique su futuro, según Europa Press.

La decisión se produce apenas unos días después de que el Gobierno de Pedro Sánchez diese un giro y respaldase las demandas del Concello de Pontevedra, la Asociación pola Defensa da Ría de Pontevedra y Greenpeace para anular la prórroga en la concesión de la planta gallega de Ence. La decisión está en manos de la Audiencia Nacional, que debe decidir si la ampliación de la concesión otorgada por el Gobierno de Mariano Rajoy en enero de 2016 fue o no conforme a derecho.

En el caso de que la justicia anule la extensión de su concesión hasta 2073 y decida fijar su fecha de caducidad en 2033, la compañía tiene previsto reclamar al Estado un total de 132 millones de euros de indemnización. Es la cantidad que ya ha invertido la compañía en mejoras medioambientales y de eficiencia en la factoría pontevedresa desde la prórroga.

Cambios en su plan estratégico

Ence califica de “improbable” un hipotético cierre de su fábrica de Pontevedra, pero ya trabaja en un plan de contingencia con el que enfrentarse a este escenario. La compañía se da cuatro semanas de margen para presentar un análisis del impacto que tendría esta situación en su plan estratégico 2019-2023, en el que preveía incrementar su ebitda hasta los 550 millones de euros.

En él se incluirán alternativas para que el posible golpe de un cierre de su planta gallega sea lo más reducido posible. La propia compañía cifraba en 185 millones de euros el impacto en sus cuentas tanto por las obras de desmantelamiento y el ERE que tendría que aplicar sobre sus 500 empleados como por la pérdida de un activo que el año pasado generó 60 millones de euros de beneficio. Una de las posibilidades que se plantea es trasladar parte de la actividad de Lourizán a su fábrica de Navia (Asturias).

El resultado final de la batalla final no se conocerá hasta dentro de “cuatro o seis años”, según cálculos de la propia compañía. Ese sería el periodo de tiempo que transcurriría en el caso de que tuviese que agotar todas las instancias legales para recurrir un hipotético cierre sin alternativas de su planta en Pontevedra.

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