Alcoa: Italia reactiva una planta mientras España lucha contra cierres

Sider Alloys inicia las obras para reabrir la antigua planta de Alcoa en Cerdeña seis años después mientras la multinacional y Liberty chocan en San Cibrao

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Caminos diferentes para Italia y España con la crisis de Alcoa. Mientras las negociaciones entre la multinacional estadounidense y Liberty por la venta de la planta de aluminio de San Cibrao se enquistan, en el país transalpino, por el contrario, se preparan para la reapertura de la antigua factoría de Alcoa en Portovesme.

La inversora suiza Sider Alloys aporta los recursos necesarios para su reactivación (se ha revelado que invertirá una cantidad cercana a los 155 millones de euros) y Enel (la dueña de Endesa) pone la alfombra roja a la planta al ofrecer un precio energético estable durante un periodo de cinco años prorrogable por otros cinco más, según detalla el diario italiano Il Sole.

La planta, en cifras

El acuerdo ya está sellado y, tras depositarse la fianza y los avales correspondientes, se han dado luz verde a los trabajos de remodelación de esta factoría en la que en su día se llegaban a producir 155.000 toneladas de aluminio primario (cantidad ligeramente inferior a las 228.000 toneladas que se podrían producir en San Cibrao si operase al 100% de su capacidad) y donde trabajaban 450 empleados directos.

Por el momento asciende al centenar el número de empleados que trabajan en las tareas de reforma de esta factoría de la que, según los planes de Sider Alloys, saldrán cada año 145.000 toneladas de aluminio primario (niveles similares a los que se registraban los años anteriores a su cierre) tras un esfuerzo inversor por parte de la firma suiza que ha venido también acompañada de préstamos y de ayudas la propia Alcoa.

En concreto, según Il Sole, la multinacional americana pone 20 millones a disposición del nuevo proyecto capitaneado por Sider Alloys, que, además, recibe casi ocho millones en préstamos no reembolsables y otros 84 millones de euros en créditos bajo condiciones ventajosas para reactivar esta factoría que ya tiene pactado qué precio pagará por la energía. Serán 49,24 euros por megavatio hora, una cantidad que posteriormente se verá significativamente disminuida tanto por las ayudas para compensar los gastos por emisiones de CO2 como por el mecanismo de interrumpibilidad, lo que previsiblemente acabará situando el precio final cerca de la horquilla de entre 25 y 35 megavatios que la Xunta ha reclamado al Gobierno central para que Alcoa-San Cibrao sea competitiva.

Esta esfuerzo en materia de inversión y a la hora de brindar un marco energético estable permitirá que Cerdeña recupere uno de sus iconos industriales ocho años después de que Alcoa anunciase su intención de cerrar la instalación, algo que finalmente se produjo en 2014. Ahora, con las tareas de remodelación ya iniciadas, desde Syder Alloys ya miran en el calendario cuándo podrán comenzar a comercializar su producción. Será dentro de 12 meses cuando prevén colocar en el mercado sus primeros productos de aluminio procedentes de la fundición para, seis meses después de alcanzar este hito, hacer lo propio con la producción de sus series de electrolisis.

CHoque Alcoa-Liberty en San Cibrao

La situación en Italia contrasta con la que se vive en San Cibrao. «Hemos superado la fecha de la primera fase y Alcoa ha hecho concesiones sustanciales para facilitar la venta. Sin embargo, GFG Alliance continúa planteando demandas no razonables y fuera de los límites del acuerdo del 13 de agosto», según denunció la multinacional estadounidense este martes.

Desde Alcoa aseguran que incluso accederían a vender la planta por un euro y a aportar 50 millones de dólares a un fondo para tratar de garantizar el futuro de la factoría y pagar los costes derivados de separar la planta de aluminio de la refinería, así como a establecer un acuerdo de suministro de alúmina a cinco años “en condiciones estándar de mercado”.

Pero la multinacional estadounidense recalca que «GFG Alliance está pidiendo comprar la planta de aluminio por un euro y que además Alcoa asuma costes de hasta 170 millones de dólares en la venta, se niega a comprometer financiación propia para la viabilidad futura de la planta, insiste en obtener opciones exclusivas para controlar la refinería de alúmina de San Cibrao y pretende obtener un contrato de suministro de alúmina durante 20 años, sin precedentes en el mercado». A esta situación se une el malestar en Alcoa por la oferta de Liberty en lo relativo a la asunción de posibles pérdidas. “Se ha ofrecido a pagar un máximo de un millón de euros al mes hasta el cierre de la transacción, cantidad sustancialmente menor que las pérdidas mensuales actuales”, censuran desde la multinacional americana.

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