Meirama, Alcoa, Ferroatlántica… Adiós a la industria del franquismo

El inicio de la actividad de las tres grandes industrias que ahora anuncian cierres y ajustes laborales se remonta a los últimos años de la dictadura

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La ola de cierres de industrias que sacude Galicia, y concretamente la provincia de A Coruña, tiene un mínimo común denominador con su anclaje en los últimos años del franquismo. El tardío desarrollo industrial de Galicia al que muchas veces alude el profesor Xoán Carmona, catedrático de Historia Económica de la Universidade de Santiago, se prolongó en algunos casos hasta después de la crisis del petróleo de los años setenta, que pilló a la economía gallega con grandes inversiones en marcha. Los ejemplos están de triste actualidad: la central de Meirama, las plantas de Alcoa, la antigua Inespal, o incluso Ferroatlántica, antes Carburos Metálicos.

El año 62 del siglo pasado representó un punto y aparte en la vida de la antigua Fenosa, hoy integrada en Naturgy. En aquel año, el Gobierno de Franco concedió a la compañía de Barrié de la Maza la autorización para construir su primera central térmica en A Coruña, que se ubicaría en Sabón, con una potencia de 240 megavatios. A ese enclave, hoy inactivo y clausurado, siguió un proceso de diversificación de fuentes de producción alternativas, más allá de la hidráulica, que se extendería hasta el bienio 1972-1974.

De Sabón a Meirama

Fue en esos años cuando Fenosa generó, por primera vez, energía eléctrica de origen térmico desde Sabón y decidió, en paralelo, aprovechar sus recursos de lignito en Meirama para impulsar un grupo de 500 megavatios. Como tal,  Lignitos de Meirama (Limeisa) se constituía como sociedad anónima el 15 de junio de 1974.  Explotaba las concesiones mineras denominadas «Coto minero Vulcano», situadas en los términos municipales de Culleredo, Cerceda y A Laracha.

Durante 28 años suministró carbón a la central térmica de Meirama, habiendo extraído en total 93,5 millones de toneladas de lignito desde que comenzaron las labores de extracción en el año 1980, que finalizaron en 2008. Actualmente, 180 empleos de la central están en el aire, tras el anuncio de cierre definitivo. En la retina de los gallegos, el conflicto por las expropiaciones de los terrenos de As Encrobas, que data de febrero de 1977.

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En febrero de 1977, una multitud avanzaba hacia la plaza de María Pita de A Coruña en protesta por las expropiaciones de As Encrobas / EFE

Primero A Coruña, después San Cibrao

Alcoa, que ahora ha dicho sí o sí al tijeretazo en A Coruña, a pesar de prolongar la agonía hasta junio a la espera de un comprador, celebró en 2011 el cincuenta aniversario de la planta de A Grela. Desde  la fábrica coruñesa, con más de 370 trabajadores, produjo desde sus inicios aluminio primario en distintas aleaciones y formatos, placas para laminación y tochos para extrusión. Aunque había nacido años atrás, en 1961, se convirtió en el complemento perfecto para otra de las grandes iniciativas que se enmarcaron en el sector público en las postrimerías del franquismo: el complejo de San Cibrao.

Un Consejo de Ministros celebrado en noviembre de 1974 aprobada la inclusión de los municipios de Xove y Cervo en la denominada entonces Gran Área de Expansión Industrial de Galicia. Ese mismo año comenzó la adquisición de los terrenos sobre los que se levantaría un proyecto que ejecuta entonces la Empresa Nacional de Aluminio, que tendría la mayoría del capital.

Dos años después de su inauguración, en octubre de 1980, con 2.000 trabajadores en plantilla, la empresa presenta suspensión de pagos por la caída del precio del aluminio. El Instituto Nacional de Industria (INI) se haría cargo del complejo en lo que en breve se convertiría en Inespal.

Ferroatlántica en Dumbría y Sabón

Pieza separada merece Ferroatlántica, la antigua Carburos Metálicos hasta su adquisición por Juan Miguel Villar Mir en los noventa. Más de 620 trabajadores pendientes ahora de un ERE. Cuatrocientos pertenecen a las plantas de Cee y Dumbría, y otros 120 empleados a la de Sabón.

Sobre las instalaciones de Brens, en Cee, se levantó una fábrica cuyos inicios datan de nada menos que 1904.  Ese año se construyó el primer horno dedicado a la producción de carburo de calcio. Serían precisamente las plantas de Sabón (1972) y Dumbría (1975) las contemporáneas de Meirama y Alcoa. Silicio de Sabón fue absorbida casi diez años después de su constitución, en 1981, por Carburos Metálicos. Y hasta hoy, en manos ya de Ferroatlántica. Vidas casi paralelas para grandes industrias de A Coruña que hoy ven más cerca su cierre o ajustes laborales drásticos.

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