El pacto de PSOE y Podemos reabre el cisma entre Feijóo y Casado

Feijóo se opone a la decisión de Casado de no explorar una gran coalición con el PSOE y 'pasa' de Génova en su estratégia para las autonómicas

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Las diferencias entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de PP estatal, Pablo Casado, son públicas y conocidas. No obstante, en las últimas semanas, y después de que el candidato a la presidencia del gobierno rebajase el tono beligerante que mantuvo en la contienda electoral de abril, la tensión parecía haberse disipado, por lo menos de cara a la opinión pública. Casado hizo campaña en Galicia, aupó a Ana Pastor en un guiño al marianismo y abrazó los caballos de batalla del mandatario gallego en la comunidad, como la necesidad de un estatuto de las electrointensivas que dé solución a la crisis de Alcoa.

Sin embargo, pasado el 10-N, Núñez Feijóo vuelve a marcar distancias. “No es un divorcio, pero sí hay, de nuevo, un distanciamiento”, conceden fuentes no oficiales del partido. Mientras que Casado guarda silencio ante el pacto público hecho por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar gobierno, el líder gallego clama sobre la necesidad “de una gran coalición” e insta ante los medios a los socialistas a sentarse a dialogar. Distintas fuentes consultadas aseguran que detrás de todas estas declaraciones se esconde “la estrategia” del presidente del PP gallego ante las elecciones autonómicas que se celebrarán el año que viene.

Feijóo saca pecho del 10-N

La noche electoral del 10-N, Núñez Feijóo se apresuró a hacer una declaración pública en la que sacó pecho. Presumió de los resultados ante Galicia, pero también ante España. El PP volvió a ser el partido más votado en la comunidad frente a la caída experimentada en las generales de abril. El resultado cosechado por los populares gallegos fue el mejor obtenido por la formación en toda España y, por si fuera poco, Vox no obtuvo ningún escaño por la comunidad gallega. No obstante, en su discurso hay una espina: con idénticos resultados en unas elecciones autonómicas, el barón popular perdería la Xunta de Galicia.

A esta situación se le unió el hecho de que, tan solo dos días después, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegaron a un acuerdo de gobierno que, de salir adelante, podría poner a una gallega, Yolanda Díaz, en el ejecutivo estatal. Núñez Feijóo lo tuvo claro. La estrategia no debe pasar por un acercamiento a Vox, sino por situarse como una formación “de Estado”, capaz de llegar a un pacto con el PSOE por el bien de la ciudadanía. Ese es el mantra que ha repetido incansablemente durante toda esta semana. Un discurso que, de forma pública, solo defiende dentro de su partido Cayetana Álvarez de Toledo, con quien también guarda importantes diferencias. 

El «disgusto» del líder gallego

Diversas fuentes aseguran a Economía Digital que el presidente gallego se muestra “disgustado” ante la falta de entendimiento a este respecto con la formación estatal. “No comprende que no se dé la batalla, que no se intente dialogar, aunque solo sea de cara a la galería y que no se plantee una abstención al PSOE para evitar que gobierne Podemos. Cree que, aunque se perdiese, serviría para posicionar al PP como partido de Estado”, comentan. Esas mismas voces aseguran que el líder gallego ha manifestado esta creencia no solo de forma pública estas jornadas; también de forma interna. “Ha habido llamadas para hablar con la dirección, pero las distancias son grandes”, indican. Mientras Feijóo apela a la moderación, los principales asesores de Casado (como Teodoro García Egea) no quieren oír hablar de un pacto con el PSOE y aconsejan otro camino, el de la no agresión con Vox.

Este distanciamiento es el que ha motivado que Núñez Feijóo, de nuevo, encare las elecciones gallegas en solitario, al margen del camino que emprende el partido del que forma parte. Si bien, de forma oficial, el presidente gallego aún no han despejado la incógnita de si se va a volver a presentar a la reelección, otras fuentes cercanas a la formación conservadora indican que el barón popular está seguro de que, a pesar de los resultados del pasado 10N y del rearme de las coaliciones de izquierda, puede volver a ganar. “Él defiende que el PP no debe desviarse otra vez al extremo, que tiene que tratar de buscar, de cara a la opinión pública, una gran coalición, aunque sabe que es prácticamente imposible. Sin embargo, asegura que el pacto de gobierno Sánchez Iglesias no tiene por qué venirle mal de cara a las elecciones autonómicas. Sostiene que van a tener muchos poderes y muchos medios en contra, algo que, unido a la desaceleración económica que se avecina, pueden contribuir a hacer ver al PP como la opción serie de gobierno”, comentan.  «Dice que quien extrapole los datos de las generales a las autonómicas es que no conoce Galicia. Pero, para que todo vaya bien, es necesario que el PP sea visto como un gran partido de Estado”, añaden.

Así, a un año vista de las elecciones autonómicas, Feijóo vuelve a distanciarse de Génova. “En el fondo, Casado nunca ha dejado de verlo como un rival”, convienen voces dentro del PP gallego.

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