Feijóo exige ahora a Sánchez una regulación energética estable

El presidente de la Xunta considera que ninguna empresa querrá ocupar las plantas de Alcoa si no conoce el precio de la energía

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El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez que articule un marco regulatorio claro sobre el precio de la energía para industrias electrointensivas, con el objetivo de evitar los cierres anunciados por Alcoa en plantas de Asturias y Galicia.

El líder de los populares gallegos, que dialogó con el presidente asturiano, el socialista Javier Fernández en un acto en Oviedo, insistió en la necesidad de conformar un frente político común para buscar una solución al ERE que pesa sobre casi 700 trabajadores y demandar un cambio normativo que permita que Alcoa reconsidere su decisión.  «Cualquier cosa que no sea concretar el precio de la energía es posponer el problema«, advirtió. 

¿Vender las factorías?

Esta medida, a su juicio, también es clave en caso de que sea necesario buscar a otra compañía para que opere en las plantas. «No es fácil vender las cosas, tampoco en las condiciones en que a los trabajadores les interesa, y resultaría muy difícil cuando la clave para su funcionamiento es el precio de la energía; no hay nadie que compre una factoría sin que sepa el precio de la energía que va a consumir«, dijo Feijóo, recordando que en Alcoa esa partida suponía el 40 por ciento de sus costes.

Lo cierto es que la plantilla de Alcoa, ya durante los Gobiernos de Mariano Rajoy, organizó movilizaciones periódicas para demandar un sistema de precios estable para la energía que garantizara la continuidad de la actividad en la planta. No solo por las amenazas de la multinacional. Desde 2015, los trabajadores organizaron marchas convencidos de que este problema mantenía en vilo el futuro de la factoría y que podría derivar en circunstancias como las actuales, incluso cuando la subasta eléctrica sonrió a la multinacional y no había dudas sobre la continuidad a corto plazo.  

Feijóo calificó de «precipitado» el cierre anunciado y entiende que no ha sido justo haberse enterado por una llamada telefónica, cuando él mismo lleva diez años hablando con los dirigentes de Alcoa y buscando soluciones a los problemas que le planteaban. Confía en que ese marco regulatorio que pueda establecer el Gobierno sirva para que la empresa paralice su decisión.

 

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