Miles de personas contra el cierre de Alcoa

Una manifestación de más de 5.000 personas, con respaldo de todas las formaciones políticas, marchó en A Coruña contra el cierre de Alcoa

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Una manifestación multitudinaria, cerca de seis mil personas, según los datos de la Policía Local, marchó este sábado en A Coruña contra el cierre de la planta de Alcoa. La multinacional anunció esta semana un ERE extintivo que dejará sin empleo a cerca de 700 trabajadores y que conllevará el cierre de sus instalaciones en A Coruña y Avilés.

La plantilla, que lleva años demandando un marco energético estable que favorezca la continuidad de la actividad, reaccionó con protestas desde el primer momento y este sábado reunió a millares tras la pancarta ‘Estabilidade enerxética, futuro para a industria xa’.

Apoyo de todos los partidos

Sonidos de gaitas y petardos, humo de bengalas y consignas como ‘Esto es la guerra, Alcoa no se cierra’, ‘Fuera yanquis, pandilla de mangantes’ o ‘Alcoa es gallega, Alcoa es asturiana’ acompañaron a los manifestantes en su avance desde la Praza da Palloza hasta la Delegación del Gobierno, cortando el tráfico por la Avenida de Linares Rivas.

Los trabajadores de Alcoa en A Coruña han contado con el apoyo en la manifestación de los operarios de las plantas de Avilés y San Cibrao, en Cervo (Lugo), así como del alcalde de la ciudad, Xulio Ferreiro, y de representes políticos de PPdeG, En Marea, PSdeG, BNG y Podemos.

Alcoa “manipula”

El presidente del Comité de Empresa, Juan Carlos López Corbacho, situó como «primera premisa» que la empresa retire el ERE de extinción, porque «no puede imponer esta solución sin negociación». Las plantas son, a su juicio, productivas «más allá de lo que manipula Alcoa», por lo que exigió «voluntad política» para regular el mercado eléctrico en España y reducir sus costes.

En este sentido, exigió una retirada del ERE y la apertura de una mesa de diálogo para resolver el conflicto, con una posterior regulación del mercado eléctrico en España, «para todos, no solo para Alcoa».

Una empresa pública explotada

«Aquí el culpable del ERE es la empresa, tiene que retirarlo, es la premisa uno, pero a partir de ahí hay que buscar soluciones, no está regulado el mercado eléctrico para nadie, los consumidores estamos hasta las narices, es una tomadura de pelo, y para los grandes intensivos -las empresas electrointensivas– se pasó de 3 millones al mes antes, a 6 millones de euros al mes ahora, es un cachondeo», criticó.

El representante del Comité de Alcoa en A Coruña cargó contra «la especulación de este país», recordando que el sector procede de la parte pública y que la multinacional se hizo con el grupo cuando contaba con 11 centros de trabajo, que ha ido reduciendo hasta los cuatro actuales.

«Tras ir explotando al animal, quedamos cuatro centros, dos en San Cibrao (Cervo), y dos de ellos con ERE extintivo», concluyó.

Contra los argumentos de Alcoa

La multinacional norteamericana argumentó que los cierres se producen porque las plantas no son competitivas, acumularán pérdidas de 70 millones este año y no pueden reformarse a través de inversiones, pues la tecnología está al máximo de su capacidad y aún así tienen costes de producción más elevados.

Frente a este relato, los trabajadores defienden que ambas factorías «son muy rentables» pero que Alcoa «lo que quiere es el mercado de España, con metal fabricado en Arabia Saudí, Islandia, Kuwait o Noruega».

Unos argumentos que ha sustentado sobre datos: desde el año 1998 a 2014, A Coruña y Avilés le generaron a la compañía norteamericana «una riqueza de 1.490 millones de euros» que, sin embargo, alertó, «fueron invertidos en la planta de Arabia Saudí, Islandia y compañía».

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