Los Freire preparan una inversión de 26 millones en la nueva planta de Megasa

Megasa pone en marcha un millonario plan de inversiones en Zaragoza mientras despide trabajadores, descabeza a los sindicatos y recorta los salarios

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Casi seis meses de protestas y paros parciales​ acumula la nueva planta de Megasa en Zaragoza, adquirida por la familia Freire en 2016 a ArcelorMittal por algo más de 80 millones. Desde comienzos de este año, la plantilla, en torno a 270 trabajadores, se encuentra fuera del acuerdo regulador heredado por la compañía gallega y suscrita al convenio provincial, con un importante deterioro en las condiciones laborales, incluida una menor remuneración.

La falta de acuerdo para renovar el convenio propio de la empresa, que dejó automáticamente a los trabajadores adscritos al provincial, es lo que ha provocado casi seis meses de protestas sin que dirección y sindicatos hayan logrado acercar posturas. Las movilizaciones en la zaragozana Plaza de España han sido reiteradas, al igual que las jornadas de paros de dos horas que han castigado la productividad de la fábrica.

Inversión millonaria y recorte salarial

Pese a ello, los Freire han continuado con su plan, que pasa por dar un vuelco a la factoría para que, justifican ante los representantes de los trabajadores, vuelva a ser rentable. Este proyecto pasaría por una inversión de 26 millones, según trasladaron a los sindicatos, con el objetivo de duplicar la producción y renovar las instalaciones.

En la etapa de ArcelorMittal, la planta, compuesta por acería de horno eléctrico y dos trenes de laminación, producía en torno a 500.000 toneladas anuales de barras comerciales, pletinas y redondo corrugado enfocado a la cimentación en obra civil y al ensamblaje de grúas y torres.

Vuelco en la plantilla

La hoja de ruta de los Freire está provocando importantes cambios en la plantilla. Desde su llegada, explican en CC.OO., han salido unos 40 trabajadores, primando las contrataciones de ingenieros frente a los operarios especializados con los que contaba la longeva factoría y dando lugar, apuntan, a una doble escala salarial. A Megasa no le ha importado tirar de talonario para acordar las salidas, mientras abarata el coste de la plantilla. Las nuevas incorporaciones están sujetas al convenio provincial con un pequeño plus, pero sin posibilidades de acercarse a las condiciones que mantenía ArcelorMittal.

Las negociaciones las dirigió inicialmente Eduardo Piñera, responsable de recursos humanos de Megasa, contra el que aparecieron pintadas en la fábrica increpándolo. Según los sindicatos, las propuestas que está manejando actualmente la dirección provocarían incluso el descuelgue del convenio provincial, al incluir aspectos, como los turnos, que tampoco estarían contemplados en dicho documento.

El comité de empresa, descabezado

En este tortuoso proceso, Megasa fue pactando salidas en una plantilla veterana y con buenas condiciones laborales procedentes del anterior propietario. Acordó el despido de uno de los delegados sindicales que estaba ejerciendo como portavoz del comité de empresa. También cesó uno de los presidentes del comité, Juan Cordero, aunque en este caso porque presentó su dimisión tras naufragar la negociación en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (Sama). El anterior presidente salió de la compañía tiempo atrás tras llegar a un acuerdo con Megasa.

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