El otro plan de la minera de Touro: extraer plata durante 30 años

La minera promete una inversión de más de 200 millones de euros y extraer plata durante 30 años del que sería el único yacimiento de este mineral en Galicia

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La mina de Touro se mantendrá activa durante 30 años. Es el periodo que la empresa Atalaya Mining (propietaria de sus derechos de explotación) estima que va a necesitar para obtener las 2,1 millones de onzas del otro preciado mineral que tiene previsto extraer de esta mina: la plata.

Y es que, más allá del cobre, la compañía capitaneada por el gallego Alberto Lavandeira tiene previsto irrumpir con fuerza en la extracción de plata. Atalaya Mining, que aporta el músculo financiero en un proyecto en el que participa la gallega Cobre San Rafael, promueve la que sería la primera explotación de este mineral en Galicia y cuya actividad se mantendrá más en el tiempo que el propio cobre.

La compañía prevé extraer un total de 70.000 onzas de este mineral en cada uno de los 30 años que prevé operar la mina, frente a las 30.000 toneladas de cobre que obtendrá cada ejercicio durante un total de 13 años, que hacen un total de 392.000 toneladas.

Más de 200 millones de euros de inversión

Atalaya Mining, que promueve la mina de Touro con su socio Cobre San Rafael, se encuentra a expensas de lograr los permisos administrativos para poner en marcha una infraestructura en la que prevé emplear a más de 400 de forma directa y a otras 1.000 de manera indirecta.

A ella tiene previsto dedicar una inversión inicial de 165 millones de dólares (unos 146,3 millones de euros), a los que luego se sumarían otros 30 millones de dólares (unos 27 millones de euros) en el octavo año de funcionamiento de la mina y otros 55 millones de dólares (unos 48,8 millones de euros). En suma, serán unos 222,1 millones de euros los dedicados a este megaproyecto minero.

Permisos y trámites antes de desbloquearse

Cobre San Rafael y Atalaya Mining no tienen por el momento una fecha en el horizonte para comenzar su actividad. Para llegar a este punto, el proyecto debe lograr la luz verde de la Xunta de Galicia a su declaración de impacto ambiental. El documento todavía se encuentra en fase de tramitación y el propio conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, calificó de “inviable” en el Parlamento gallego el pasado mes de junio, en el que instó a la minera a acometer reformas en su proyecto inicial.

Pero incluso una vez logradas todas las autorizaciones administrativas, el proyecto necesitaría otros dos años para echar a andar. Y es que la propia Atalaya Mining desvela en su memoria anual que necesitará entre 27 y 33 meses para iniciar su actividad.  

Críticas de los ecologistas

Además del examen de la Xunta, el proyecto de la mina de Touro debe superar también el escrutinio de las organizaciones ecologistas. La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) y la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa solicitaron a la Fiscalía que investigase a la mina de Touro de cobre, que lleva clausurada 33 años, por los daños “a los recursos naturales, el medio ambiente y a la salud pública” causados con sus “vertidos contaminantes”.

Ante las críticas surgidas en los últimos años desde colectivos ecologistas, la empresa siempre se ha defendido argumentando su “propuesta puntera en cuanto a su calidad técnica” y que, además, todo el proceso  está siendo supervisado y reglado por la Xunta de Galicia. La propia compañía ha puesto al ejecutivo autonómico como mejor aval de que su proyecto saldrá adelante. En su presentación ante analistas de junio del año 2018 recalcaba que la Xunta de Galicia “es pro minera”, una referencia que, sin embargo, se ha borrado en su última presentación corporativa, que data del pasado mes de febrero.

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