Las franquicias gallegas arruinadas por DIA: “Todo es una mafia”

La agresiva política comercial de DIA con ventas a pérdidas y la imposibilidad de gestionar el 'stock' arruinaron a 28 franquiciados en Galicia en dos años

En la imagen, una tienda de los supermercados DIA en plena reforma

En la imagen, una tienda de los supermercados DIA en plena reforma

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La cadena de supermercados DIA​ reveló el pasado viernes unos números rojos de 352 millones de euros en 2018. Las cuentas acorralan a una compañía en quiebra técnica como ya lo hicieron antes con los cientos de franquiciados que se sienten “estafados” por las falsas promesas de la empresa. Dia ha arruinado a 525 franquiciados en España en apenas dos años, de los cuales 28 se encuentran en Galicia. “Es todo una mafia”, denuncian.

Se encuentran agrupados en torno a la asociación Asafras y llegaron a presentar una querella contra las prácticas de Dia ante la Audiencia Nacional. Tras no ser admitida, ahora centran sus esfuerzos en una vía civil a la que no todos pueden acceder por su alto coste. Con las cicatrices que dejan las deudas de Dia, presentar una demanda por este cauce queda reservado únicamente para aquellos a los que sus bolsillos se lo permiten o que, a falta de recursos, pueden tirar de favores. Este es el caso de Raquel Rey. Esta redondelana se vio obligada a cerrar el Dia que tenía franquiciado en Vigo apenas un año y medio después de su puesta en marcha. Cargando a su espalda con unos avales de 150.000 euros para la apertura del establecimiento, la búsqueda de un abogado solo fue posible gracias a la hija (recién graduada) del asesor de su gestoría, que se ofreció para defenderla gratis en los tribunales, aunque sin éxito.

“Teníamos que comer lo que ya estaba caducado”

La odisea de Raquel Rey comenzó en el verano de 2013. Fue entonces cuando decidió tomar las riendas de uno de los supermercados DIA en la ciudad olívica en calidad de franquiciada. Bajo la premisa de unas ventas de 80.000 euros mensuales, Rey confiaba en que esa cantidad le permitiese saldar todos sus gastos: desde la compra de mercancías a DIA hasta la electricidad, pasando por su salario, el de su marido y el de sus dos empleados. Sin embargo, solo cuatro meses después ya arrastraba “pérdidas de 30.000 euros”.

“Cuánto más vendes más pierdes”, denuncia Rey, que decidió renunciar a su sueldo al tercer mes de actividad y que se vio obligada “a comer lo que ya estaba caducado” para poder sacar la situación adelante. Y es que una vez firmado el contrato, la tienda entra en modo piloto automático con nefastas consecuencias para los franquiciados (hay 322 en 109 tiendas en Galicia). La empresa priva al franquiciado de la toma de decisiones sobre el volumen de mercancías que necesita para reponer sus estantes o sobre la propia factura de la electricidad. “A mí me cobraban 1.500 euros al mes, pero nunca me dieron factura ni me dejaron cambiar de compañía. Sospechamos que, como son contratos regionales a los que llega con las compañías eléctricas, este importe solo lo carga sobre las franquicias”, lamenta.

El verdadero cliente de DIA

“El cliente de DIA somos los franquiciados y no el cliente final”. Así de tajante se muestra Alberto Rodríguez, coordinador de Asafras. Y es que, tal y como está confeccionado el sistema, DIA no solo obtiene ingresos de sus franquiciados por royalties, sino también de cada camión de productos comprado. Cuantos más lleguen a tienda, más dinero para la compañía. “Nos llegaban lotes que no necesitábamos en pleno viernes sin que los encargásemos cuando sabían perfectamente que se nos iba a pudrir todo”, denuncia Rodríguez.

Rey corrobora estas acusaciones y alerta que, además, “en cada camión siempre faltaban tres o cuatro cajas que sí figuraban en el pedido y que, por supuesto, te las cobraban”, además de, por ejemplo, “yogures que estaban a punto de caducar”. A ello se suma la agresiva política de descuentos y promociones a la que obliga la compañía, pero cuyo importe llegaba tarde y nunca en su totalidad. «Te obligan a vender a pérdidas en muchas ocasiones», argumenta Rodríguez. Unos signos de identidad en su relación con los franquiciados que no prevé que cambie pese a la llegada del magnate ruso Mikhail Fridman y un equipo gestor liderado por el pontevedrés Borja de la Cierva, ex Inditex y Martinsa-Fadesa, que desde diciembre desempeña el cargo de consejero delegado. 

Fuga de franquiciados

Desde que Economía Digital desveló la delicada situación que atraviesa el colectivo hace cuatro años, la cadena de supermercados ha sufrido una constante fuga de franquiciados. Solo en los dos últimos años perdió un total de 123 en toda España y el año pasado, pese a moderarse el descenso, vio cómo se esfumaban otras seis en Galicia. Este es el último recurso, al que llegan aquellos que deciden poner fin a su relación con DIA y dejan la tienda sin piloto a bordo.

Pero hay otra situación, la de aquellos supermercados que sufren un relevo constante de franquiciados. Es el caso de una de las tiendas de DIA en el área de Vigo, que según lamenta Raquel Rey, “ha tenido cuatro franquiciados en cuatro años”.

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