Turno para las cementeras: anuncian cierres por la factura eléctrica

La patronal de las plantas de Cementos Cosmos en Oural y de Tudela Vegúín en Narón amenaza con cierres y ajustes de plantilla si no baja el precio de la luz

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El elevado coste de la factura eléctrica sigue causando estragos en la industria. Tras los episodios de Alcoa o Ferroatlántica en Galicia, ahora es el sector cementero en el que da la voz de alerta. El fabricante mexicano Cemex ya ha anunciado el cierre de dos de sus factorías en España (en Almería y Baleares), en un movimiento que la propia patronal del sector cree que podrían seguir otras empresas.

«No es descartable que otras compañías del sector se planteen medidas de reestructuración industrial similares a las de Cemex», aseguró Jesús Ortiz, presidente de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen). El representante de la patronal cementera advierte de las dificultades con las que está lidiando el sector ante el “disparado” coste de la electricidad, que hace menos competitivas sus exportaciones, así como las restricciones por la nueva normativa de derechos de emisión de CO2 impuesta por la Unión Europea.

Su impacto en Galicia

La posibilidad de un nuevo ajuste en las plantas de las cementeras pone en jaque a sus factorías en Galicia. Las empresas del sector despliegan varias factorías sobre el suelo de la comunidad. La de mayor tamaño es la de Cementos Cosmos en la localidad lucense de Oural, que esquivó el cierre hace unos años, seguida de la de Cementos Tudela Veguín en Narón. Esta planta de molienda es propiedad del holding de la familia Masaveu, que también ejerce como accionista de referencia y de Liberbank y que habría estado detrás del rechazo a la oferta de Abanca.

Más allá de la propia fabricación, Cementos Cosmos cuenta con siete puntos de expedición en España y se da la circunstancia de que todos ellos se ubican en Galicia (A Coruña, Narón, A Susana, Marín, Porriño, Vilagarcía de Arousa y Ourense). Es la otra pata del negocio cementero en Galicia, que en los últimos años sumó una baja. Se trata de la factoría de Gallega de Molienda de Clínker en el polígono de Coirós. Apenas unos años después de echar a andar, la compañía se vio obligada a echar el cierre, asfixiada por unas deudas de más de 34 millones de euros.

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