La patronal gallega, en caída libre, incapaz de aprobar sus cuentas

La junta directiva de la CEG celebrada esta semana fue incapaz de aprobar las cuentas del año 2018, paso necesario para convocar elecciones

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La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) se mantiene en estado vegetativo desde hace dos años, cuando Antón Arias dimitió de su cargo como presidente. Desde entonces, la patronal gallega no ha sido capaz de encontrar un sustituto. De hecho, no ha logrado, ni tan siquiera, encontrar aspirantes a hacerlo y hasta en dos ocasiones ha tenido que dar marcha atrás en su pretensión de convocar elecciones. Mientras tanto, el presidente de los empresarios coruñeses, Antonio Fontenla, se mantiene como cabeza visible de la entidad, al ocupar el cargo de portavoz. La intención de la organización es hacer una nueva intentona. Ya existe fecha marcada: el 30 de abril. Sin embargo, una nueva piedra se interpone en el camino hacia la presidencia y es que las últimas cuentas anuales que aprobó la CEG se corresponden con el año 2017.

Este jueves, Compostela acogió la reunión de la junta directiva de la CEG. En el orden del día figuraba la propuesta de aprobación de las cuentas del año 2018. No obstante, la votación ni tan siquiera llegó a producirse. La oposición de los representantes de las entidades sectoriales, así como de los empresarios de Pontevedra bastó para evitar la votación. Según indican distintas fuentes a este medio, los representantes de este sector indicaron su negativa a firmar unas cuentas de las que «apenas tenían información«. “No se envió ni siquiera un borrador anterior y no parece serio aprobarlas de esta forma, cuando además existen varias auditorías distintas”, opinan desde el entorno de las plataformas sectoriales que se manifestaron en contra. 

¿Un candidato de consenso es posible?

Así, con las cuentas relativas al año 2018 sin aprobar a fecha 11 de enero (y tampoco las de 2019), se antoja complicado que se den las circunstancias necesarias para celebrar unas nuevas elecciones a la presidencia de la CEG en la fecha marcada, el 30 de abril. Las cuentas anuales deberán reformularse, ser aprobadas en una nueva reunión de la junta directiva (que se prevé se celebre el próximo febrero) y, posteriormente, ser ratificadas por la Asamblea General de la Confederación. Solo entonces sería posible convocar las elecciones a la presidencia de la patronal programadas para el 30 de abril.

Si eso no ocurre y si no existen cambios, el presidente de los empresarios coruñeses, Antonio Fontenla, seguirá ocupando el cargo de mayor responsabilidad de la patronal gallega, la portavocía, asignación que le fue conferida por ser el vicepresidente de mayor edad. Sus críticos opinan que al empresario coruñés «parece no disgustarle esa posición ya que, de esta forma, sigue siendo el principal representante de la patronal».

La salida de las sectoriales

Distintas fuentes empresariales consultadas por este medio ven muy difícil que se pueda encontrar “un candidato de consenso”, precisamente por las tensiones que desde hace años se producen entre los representantes del ‘norte’, agrupados entorno a la figura de Fontenla, y los del sur y las agrupaciones sectoriales. Entre estas últimas, destacan algunas especialmente beligerantes como Asime (liderada por Enrique Mallón) o Cece Galicia (del expresidente de la CEG Antonio Dieter). 

Los enfrentamientos con las sectoriales no son novedad: ya en junio del año pasado distintas organizaciones sectoriales especialmente críticas con la gestión económica de la CEG amenazaron con salir de la patronal en caso de que no se convocase una comisión económica. Áridos de Galicia (Arigal) habría cumplido con su amenaza ya que, según fuentes conocedoras de la reunión, la reunión de la junta directiva de esta semana se saldó, además de con la no aprobación de las cuentas anuales, con su salida.

 

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