Toque de atención al lácteo: Andalucía y Levante se llevan la producción que pierde Galicia

El sector enciende las primeras alarmas y clama por una cadena láctea más vertebrada con una industria más fuerte

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Galicia es la gran proveedora de leche de todo el Estado, con cerca del 40% de la producción. En 2016, las entregas superaron por primera vez los 2,6 millones de toneladas. Sin embargo, algo está cambiando. Poco a poco la producción se empieza a desplazar desde las comunidades cantábricas –Galicia, Asturias y Cantabria– hacia la zona de Andalucía y Levante.

La asociación Terra e Leite publicó recientemente un informe de entregas y precios de la leche en España y Galicia, en el que se constata el parón del crecimiento de la producción en la comunidad, en detrimento de otras regiones del estado, que ven aumentar esta partida.

Según las estimaciones de esta entidad, sumando los más de 21 millones de litros que se tiraron en Galicia durante la huelga del sector, en septiembre de 2015, la comunidad dejó de producir 17.151 toneladas el pasado año con respecto al anterior. En Cantabria, la caída supera también las 10.000 toneladas, mientras que en Asturias ronda las 1.500. En la otra punta de la península se produce el efecto contrario. Andalucía suma 12.411 toneladas que, junto con las 4.548 de Murcia y las 3.186 que gana la Comunidad Valenciana, compensan lo que se pierde en el noroeste peninsular.

Primeras alarmas

José Turnes, uno de los responsables de Terra e Leite, explica a Economía Digital que estos datos hay que verlos «con cierta cautela, pero también con preocupación». Galicia siempre ha ido aumentando la producción, pero ese crecimiento se ha frenado en los últimos meses hasta llegar a registrar tasas negativas. «Tenemos una producción que demostró una eficiencia muy alta, pero una industria muy débil, y eso puede empezar a pasar factura», apunta.

El estancamiento de la producción se viene dando en tasas interanuales desde el pasado mes de octubre «con una ligera tendencia a la baja«. Turnes matiza que «hay que darle un poco más de recorrido», al tiempo que incide en que el problema grave «es la debilidad de la industria y la desvertebración de toda la cadena láctea».

El ganadero contra la norma

«Galicia siempre fue marcando el ritmo y ahora se enciende una luz roja». Hasta la fecha, el 30% de la producción salía de Galicia sin transformar en cisternas. Ahora, en regiones como Andalucía y Levante, donde se concentra la demanda y algunas de las grandes industrias, empiezan a apostar también por la producción. «Ellos tienen condiciones para sacar la leche a alto precio, pero también una gran dependencia del exterior por la falta de forrajes», señala Turnes.

En cualquier caso, reconoce que Galicia no es tan débil. «El sector demostró mucha fortaleza en esta crisis, pero los ganaderos tienen que bajar el coste sí o sí». La cuestión, apunta, es que los gananderos solos no son capaces de hacer frente a una normativa comunitaria «que pasó de ser altamente proteccionista a dejar el sector a su libre albedrío; un Gobierno español que hace un paquete lácteo mucho más restrictivo que en cualquier país donde el sector está más vertebrado; una distribución que hace lo que le da la gana sin ningún tipo de escrúpulos, … Contra todo eso, el ganadero no puede competir».

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