Vía libre a las cuentas de la Marea en A Coruña y bloqueo total en Santiago

El equipo de Ferreiro muestra una mayor sintonía con los socialistas para sacar adelante las cuentas de la ciudad, mientras que Noriega ve cómo la oposición se hace más fuerte y se rebela contra él

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Este lunes se celebraron plenos municipales en A Coruña y en Santiago. En ambos se trataban asuntos económicos de vital importancia para los ciudadanos de estas urbes, sobre todo en lo que respecta a las políticas impositivas del próximo ejercicio. Sin embargo, tanto en uno como en otro, sirvieron también para evidenciar los apoyos con que cuentan cada unos de sus gobiernos.

En las próximas semanas, el Gobierno de Marea Atlántica en A Coruña y el de Compostela Aberta en Santiago tendrán que empezar a negociar los presupuestos. Mientras Xulio Ferreiro parece que afina su sintonía con los socialistas, Martiño Noriega ha visto como populares y socialistas le ‘hacían la cama’ para sacar adelante una reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles que compromete ni más ni menos que 2,7 millones de euros de ingresos para las arcas municipales.

Primeros pasos

De momento, en A Coruña todavía no se han iniciado las negociaciones. El Gobierno local ha mantenido reuniones con los distintos grupos como paso previo a la elaboración de las cuentas del 2016, pero también para acelerar la aprobación de las ordenanzas fiscales.

La Marea gobierna en minoría, al igual que lo hace Compostela Aberta en Santiago. En A Coruña necesitan de los concejales socialistas para sacar adelante sus propuestas, aunque muchas veces obtienen también el respaldo del BNG. Pero no es un camino de rosas. Ferreiro ya tuvo problemas para sacar adelante un modificativo de crédito. A la primera no lo logró por falta de consenso. Tras cerrar con los socialistas un acuerdo, volvió a quedarse sin aprobarlo por aceptar sin consultar a su socio una propuesta del BNG. El PSOE votó en contra y a Ferreiro no le sentó bien. A la tercera fue la vencida.

Grupo de trabajo

Con la lección aprendida, el ejecutivo de la Marea llevó a pleno este lunes la aprobación de las ordenanzas fiscales. Los socialistas le volvieron a apoyar. Desde las filas de esta formación apuntan que todavía queda una parte de las ordenanzas por negociar, como es la que afecta a los precios públicos de servicios y bonificaciones. Para cerrar este aspecto está prevista la creación de un grupo de trabajo entre Marea Atlántica y el PSOE, en el que «también se hablará de los presupuestos». De momento, señalan, «ha salido el tema de la negociación, pero no hay nada concreto».

El equipo de trabajo será, con toda seguridad, el mismo que aborde las confección de las cuentas municipales del próximo año. Los socialistas tienen claros sus ejes de actuación: los servicios sociales y políticas de bienestar, la atención a los barrios y la actividad económica, con especial atención al empleo y al comercio local. «La disposición para llegar a acuerdos está ahí», aunque advierten de que todo dependerá «de los matices y las formas».

Problemas en la capital

Más complicado lo tienen sus vecinos del sur. El Gobierno de Compostela Aberta, con Martiño Noriega al frente, se encontró en el pleno de este lunes con lo que él mismo calificó de «moción de censura encubierta por la vía fiscal». Sobre la mesa, varias mociones sobre las tasas municipales con el IBI como protagonista. PP y BNG abogaban por mantener los tipos; PSOE, por bajarlos.

En primera instancia salió adelante la propuesta del BNG (el PP la retiró antes de someterla a votación) con los votos de la formación nacionalista y la abstención del resto de grupos. La sorpresa llegó cuando se debatió la moción socialista y el PP la suscribió. Para romper el desempate se votaron de nuevo, pero PP y PSOE hicieron valer su mayoría –13 escaños de un total de 24–, dejando a Noriega de lado.

A la defensiva

El cabreo del regidor compostelano no fue pequeño. Llegó incluso a invitar a las dos formaciones a tomar las riendas de la ciudad. «Si quieren gobernar ustedes, gobiernen ustedes, democráticamente pueden, pero háganlo», les ha espetado.

Martiño Noriega quiso dejar claro que lo acaecido este lunes «no es una derrota de Compostela Aberta, es una derrota del conjunto del Ayuntamiento porque va a tener menos recursos». Tampoco fue la única cuestión en la que se quedó sin apoyos. El pleno también aprobó la congelación de impuestos sobre vehículos con el voto a favor de toda la oposición, que ha tumbado la propuesta al alza del equipo de Noriega.

Parece poco probable que, con este ambiente de fondo, Compostela Aberta y el PSOE santiagués se sienten a debatir pausadamente las cuentas del próximo año, aunque si las quiere aprobar, a Noriega no le quedará más remedio que hacerlo. Él lo sabe: están condenados a entenderse.

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