Vencedores y vencidos del nuevo Gobierno de Feijóo

Sin claves sucesorias, Feijóo vuelve a apostar por los perfiles técnicos en su Ejecutivo y descarta promocionar a cargos orgánicos

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Alberto Núñez Feijóo dijo por primera vez en 2012 que afrontaba su última legislatura en la Xunta, pero no fue hasta 2020 cuando en el partido empezaron a creérselo. Ocho años después, convertido en el gran barón del PP a fuerza de ganar elecciones, el mandatario autonómico afronta la pandemia que ha cambiado el mundo sin cambiar la fórmula con la que configura su Ejecutivo.

Feijóo se ha rodeado de un gabinete técnico, con experiencia de gestión y con bajo perfil político. Siempre ha sido así desde su llegada a San Caetano, con la ventaja de mostrar un liderazgo incuestionado y el inconveniente de no dejar que emerjan figuras políticas de peso a su alrededor. Cuando barajaba la posibilidad de irse a Madrid para suceder a Mariano Rajoy, el partido era un manojo de nervios.

El papel de Rueda

En el nuevo Ejecutivo, claramente continuista, Feijóo no da ni una pista sobre lo que pasará dentro de tres años, cuando empiece a diseñar su sucesión. Más bien, el presidente de la Xunta ha decidido borrar las huellas. Alfonso Rueda, que llegó a ser el número dos en el Gobierno gallego y el número dos del partido a nivel orgánico, tiene ahora a un segundo vicepresidente al lado, Francisco Conde, para impulsar la recuperación económica tras el impacto del Covid-19.

Por más que el político pontevedrés gane competencias en turismo en la legislatura del Xacobeo, su posición jerárquica ha menguado desde aquel 2012 sin que tampoco  Conde, sin demasiado peso orgánico en el PP gallego, parezca llamado a capitanear algún día el partido.

Los que no entraron

Para elegir a los nuevos conselleiros, una vez más dos perfiles técnicos y con mucha experiencia de gestión, Feijóo tuvo que descartar a otros. Miembros del partido apuntaban, por ejemplo, a la diputada Paula Prado, que lleva años acumulando experiencia parlamentaria y forma parte del comité de dirección del partido. O a Pedro Puy, eterno portavoz del PP en la Cámara.

También apuntan a Elena Candia, la líder de los populares lucenses. La cabeza de lista por la provincia de Lugo en las últimas elecciones habría mostrado su disposición a Feijóo para integrarse en el equipo de Gobierno, sin que el presidente autonómico accediera a hacerle un sitio.

Educación, residencias y sanidad, los puntos calientes de la pandemia

De la remodelación ha salido bien parado Román Rodríguez, el conselleiro de Cultura que asumió la preparación del Xacobeo y que absorbe ahora la cartera de Educación ante la salida de Carmen Pomar, que no logró convencer ni a la comunidad educativa ni a Feijóo en el ejercicio del cargo.

Rodríguez acaba de convocar a la comunidad educativa para abordar el arranque el curso en un clima de protestas de padres y profesores por los protocolos de prevención del Covid-19 en los centros educativos.

Es una de las patatas calientes de la pandemia, junto a la propia cartera de Sanidad con el relevo forzado de Jesús Vázquez Almuíña. El exconselleiro no solo lidió con el virus, sino también con las disputas internas del Sergas y la rebelión de los médicos de Atención Primaria. Cuando Feijóo renovó la mayoría absoluta decidió que dejaría el cargo, según explicó el propio presidente de la Xunta.

El otro departamento que estaba bajo lupa y respecto al que se especulaba con un posible relevo era el de Fabiola García en Política Social, un área a priori amable, pero que se volvió un infierno por culpa del impacto del coronavirus en las residencias. Feijóo decidió mantenerla sabiendo que la conselleira lo pasó mal durante los peores momentos de la crisis sanitaria. Un voto de confianza importante, toda vez que en los próximos cuatro años se activará una reforma de calado en los centros de mayores y de atención a la dependencia. 

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp