Un ex alto cargo de la Xunta elude la cárcel tras cobrar de más

El antiguo gerente de la Fundación Pública Galega de Formación para o Traballo tendrá que reembolsar cerca de 22.000 euros

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El que fue gerente de la Fundación Pública Galega de Formación para o Traballo en 2009, Víctor Manuel G.G., ha sido condenado a un año y nueve meses de cárcel y a reembolsar los 21.815 euros ingresados de más en sus nóminas entre octubre de ese año y noviembre de 2011. También deberá pagar una multa de 810 euros, en concepto de tres euros al día durante nueve meses.

En la vista celebrada este jueves en los juzgados de Santiago, el acusado, que ya abonó 1.000 euros y que tendrá que ingresar otros 5.000 antes del 1 de mayo para pedir la suspensión de la pena, llegó a un acuerdo judicial por el que ha aceptado la comisión de un delito de falsedad documental en concurso con un delito de estafa.

Documentación “falsa”

De esta manera, se han dado como hechos ciertos que el ahora condenado envió documentación «falsa» a la asesoría que elaboraba las nóminas para conseguir un sueldo mayor del que tenía, de 2.600 euros.

La pena interpuesta supone el pago de la multa de 810 euros en los meses de junio y julio, y permite pagos fraccionados de 500 euros más intereses hasta la devolución de los 21.815 euros. También fue condenado al pago de las costas del juicio.

La Fiscalía pedía para el acusado cuatro años de prisión, una multa de 4.300 euros e inhabilitación para desempeño de cargo público por cuatro años.

“Seguir adelante”

A la salida de la vista, Víctor Daniel G.G. ha defendido que, aunque tenía «argumentos» para continuar adelante, decidió llegar a un acuerdo con el fin de poder seguir adelante con su «vida» y ante la «lentitud» de los procesos judiciales.

Su abogado, Xoán Antón Pérez Lema, ha indicado, por su parte, que el acusado lo que ha hecho aceptando la condena es usar «mecanismos del estado de derecho» y ha asegurado que había la posibilidad de seguir adelante con la defensa, porque los hechos «se produjeron de una manera confusa».

«Creemos que teníamos argumentos para mantener la defensa, pero la realidad es que, con la lentitud de la justicia y la necesidad de seguir adelante con mi vida, me visto en la necesidad de pedirle a mi abogado que llegue a un acuerdo con la acusación (la Xunta)», señaló el condenado.

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