‘The Economist’ cree que Podemos no convertirá “las encuestas” en votos reales
La publicación británica cree que las propuestas de la formación son todavía “débiles”
El semanario británico The Economist considera que “todavía” es “difícil” que Podemos pueda convertir los buenos resultados que le otorgan las encuestas en “votos reales”. También califica de “notablemente débil” tanto su línea política como sus propuestas, por el momento.
«Corean y cantan y prometen felicidad. Pero después de que el partido radical español Podemos eligiera a sus líderes el 15 de noviembre, su programa sigue siendo notablemente débil», comienza el artículo que la revista dedica este sábado a la formación liderada por Pablo Iglesias.
Votos «reales»
En su análisis, The Economist se hace eco del ascenso que ha experimentado Podemos desde las pasadas elecciones europeas, en las que obtuvo cinco eurodiputados, y pone de manifiesto que algunas encuestas otorgan a esta formación hasta el 28% de los votos de cara a las próximas elecciones generales.
En este sentido, apuntan que seis meses después de la que fue su primera comparecencia electoral, las encuestas muestran que Podemos ha conseguido situarse al mismo nivel que el PP y el PSOE, dejando «por el camino» a una Izquierda Unida «hundida». No obstante, el semanario duda de que este apoyo en las encuestas pueda traducirse en este momento en «votos reales».
Nuevas políticas
El artículo, titulado Un sombrero de tres picos, en alusión a la novela Pedro Antonio de Alarcón, también habla del «escepticismo» que ha generado Podemos en lo que se refiere a su «promesa» de desarrollar en España «nuevas políticas», al margen del «paradigma de la izquierda y la derecha».
A este respecto, recuerda que algunos de los miembros más destacados de la formación proceden de organizaciones como Juventud Sin Futuro o Izquierda Anticapitalista, y que otros «han trabajado con la izquierda bolivariana de Venezuela».
The Economist también recoge algunas de las principales propuestas de Podemos, como su intención de acabar con el «régimen de 1978» y con la «casta de políticos corruptos». «Podemos resolvería el problema catalán permitiendo una consulta sobre la independencia», añade.
