Riobóo se rebela contra su valedor Pablo Iglesias y abofetea a la dirección de Podemos

El secretario xeral insinúa que Madrid orquestó la disolución de la cúpula gallega, mientras ejerce el liderazgo de la formación pese a no tener competencias

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Breogán Riobóo está decidido a echar un pulso en toda regla a la dirección del partido, incluído Pablo Iglesias, quien avaló su candidatura a la secretaría xeral en la comunidad dentro de la corriente oficialista Claro que Podemos.

Disuelta la dirección gallega, vaciado de competencias el secretario xeral, Riobóo ha dicho que él no se mueve, que para algo fue elegido. A los dimisionarios les critica que «pretenden en último caso saltarse los estatutos de Podemos» y «crear estructuras paralelas a los órganos que forman». Y ante Madrid muestra su sorpresa, porque el consejo de coordinación estatal supiera el 8 de febrero que los diputados de En Marea y su senador iban a dimitir al día siguiente. «Es curioso», dice.

El papel de Podemos en En Marea

Pocos esperaban esta postura del secretario xeral gallego, que en ocasiones había sido dibujado como alguien «manejable» para la dirección por mantener el discurso orgánico durante todo el proceso de confluencia para las generales, en el que estuvo en segundo plano. Pero nada de eso.

Fue precisamente la construcción de En Marea, en la que Podemos renunció a su marca y ofreció un grupo propio a la alianza, lo que sentó mal en la secretaría xeral gallega.

El teleoperador de R que se convirtió en líder del partido en Galicia siempre mantuvo que la presencia de la marca del partido se había decidido en la Asamblea de Vista Alegre como principio básico para las generales, por lo que debía mantenerse. Pero el equipo de Pablo Iglesias bordeó la norma que se había impuesto a sí mismo.

El choque

El malestar provocado por la disolución de Podemos en la alianza, que pese a todo logró un notable éxito electoral, provocó las críticas a En Marea, que en realidad ya habían emitido cargos afines al partido, como los alcaldes de Santiago y A Coruña, Martiño Noriega y Xulio Ferreiro, por construirse de manera precipitada y con escaso espacio para la comunión con la ciudadanía.

Pero Riobóo abrió la puerta a que Podemos concurriera en solitario a las autonómicas mientras en Madrid intentaban ensalzar la marca En Marea, arreglar las discrepancias con Anova y también las internas — que tiene, por ejemplo, Yolanda Díaz con Izquierda Unida–. La alianza cree que hay serias posibidades de arrebatarle la Xunta al PP y un secretario xeral cuestione la coalición, incluída la «democracia» del proceso de confluencia, es de lo más inoportuno.

La reconstrucción el partido

Las diez dimisiones en bloque, que forzaron la disolución e intervención de los órganos de gobierno en Galicia, parecía la solución idónea de la cúpula estatal para romper la dinámica y abrir un proceso interno que forzase a Riobóo a someterse a las urnas. Pero el secretario xeral dice que no piensa dimitir. Al contrario: «Haré todo lo que esté en mi mano para que la gente de Podemos Galicia sea la que decida».

Contrapuso esta idea a la de Gómez Reino, diputado de En Marea por Podemos, que consideró «estratégica para el partido» la alianza. Este es el debate ideológico de fondo. Riobóo invoca el derecho a decidir de Podemos Galicia frente a las líneas que marca la dirección.

Podemos no sabe cómo apartarlo

Así las cosas, las opciones para Pablo Iglesias pasan por apartar al secretario xeral, una vez que carece de competencias al no estar flanqueado por el consello cidadán ni por la comisión de garantías, también disuelta. Lo lógico en esta situación sería que dimitiese, pero eso ya no está nada claro.

La otra alternativa sería forzar una renovación completa de cargos en la comunidad, algo similar al proceso realizado hace un año, cuando Breogán Riobóo se convirtió en el secretario xeral de Podemos en Galicia.

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