Rajoy y Sánchez insisten en su postureo pero sin mover ficha

Todos los partidos se cruzan reproches por no ceder posiciones. Pero ninguno toma la iniciativa para el desbloqueo

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El escenario sigue igual: de Mariano Rajoy a Pedro Sánchez, desde Albert Rivera a Pablo Iglesias, unos y otros insisten que alguien tiene que ceder posiciones, negociar y facilitar una investidura. Pero nadie da el brazo a torcer, y el bloqueo permanece.

Las campañas de Galicia y el País Vasco presentaron los escenarios donde unos y otros cruzaron sus espadas. Por ejemplo, Pedro Sánchez convocó a Podemos y Ciudadanos a pensar en formar un gobierno alternativo al del Partido Popular, para lo cual pidió olvidar «los vetos cruzados» con los que, dijo, «bloquean el cambio político en este país».

Esta fue, justamente, el motivo del fracaso de su investidura, cuando Podemos se negó a apoyar al líder socialista por haber pactado con Ciudadanos.

Sánchez estuvo en Galicia para impulsar la candidatura de Xoaquín Fernández Leiceaga, quien está a punto de ser superado por Luis Villares, de En Marea.

Por ello a Galicia también viajó Íñigo Errejón, quien dijo que todavía tiene esperanzas que las fuerzas opositoras puedan lograr una salida y evitar tener que ir a terceras elecciones. Ha pedido al PSOE que ayuden a buscar una mayoría alternativa, pero negó que se haya contactos con los dirigentes socialistas: «siempre que mantenemos comunicaciones las comunicamos y, si no es así, es porque no existen», zanjó.

El secretario político de Podemos dijo que espera que las elecciones en Galicia y el País Vasco envíen «un mensaje de cambio» al gobierno en funciones. Por lo pronto, en la primera comunidad es difícil que suceda, donde Alberto Núñez Feijóo, muy cómodo, confía en lograr la mayoría absoluta.

El País Vasco, campo de prueba de posibles pactos

En cambio, en el País Vasco, el PP lo tiene mucho más difícil, donde quedaría último con siete a nueve diputados. Allí las encuestas publicadas este fin de semana dan al PNV entre 26 y 28 escaños, pero para llegar a la mayoría absoluta, el candidato nacionalista Iñigo Urkullu debería buscar pactos con otras fuerzas para llegar a los 38 votos necesarios para su investidura. Los sondeos dan una segunda posición a EH Bildu (con 17 a 18 legisladores), seguidos por Podemos (13 a 14) y más atrás, el PSE (9 diputados).

Allí viajó Albert Rivera para apoyar al candidato de Ciudadanos Nicolás de Miguel, en donde pidió al PP y al PSOE que tengan «sentido de Estado» y que dejen de rechazarse en forma continua. Para el dirigente del partido naranja, esta actitud llevará a España no sólo a unas terceras elecciones, sino también a unas cuartas o quintas, porque han demostrado que «si no tienen mayoría absoluta no saben ceder, ni sentarse a dialogar».

Liderazgos en entredicho

En un acto del PP en Bilbao, Mariano Rajoy sigue echando la culpa a Pedro Sánchez del fracaso de su investidura. Dijo que su negativa a la investidura es «obstruccionista, antipatriótica y bastante poco democrática».

El presidente en funciones intenta mantener su imagen a salvo de los casos de corrupción que sacuden al partido. Las filas del PP y del Gobierno niegan fisuras en el liderazgo del presidente en funciones. Pero reconocen que la indefinición ante los casos de corrupción, como el desplazamiento de Rita Barberá al grupo mixto en el Senado, les puede pasar factura.

En el PSOE Sánchez también aguanta como puede el mar de fondo que están levantando los barones territoriales. El presidente de Extremadura Guillermo Fernández Vara pide que el socialismo abra un debate interno para desbloquear el cuadro político, y la dirigente andaluza Susana Díaz recuerda que no es viable pensar en formar gobierno cuando sólo se han obtenido 85 diputados en la última elección. Y ya volvieron a marcar las líneas rojas: un pacto con Podemos puede quebrar al partido.

 

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