Rajoy obliga a Aznar a firmar un ERE en FAES

El Gobierno corta las subvenciones a la fundación del ex presidente, que despedirá a buena parte de su plantilla

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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se ha hartado de las críticas de quien fue su mentor y le nombró sucesor, José María Aznar. En los últimos años, la relación entre ambos se ha ido deteriorando y el actual presidente del Partido Popular ha contraatacado cerrando el grifo a FAES.

El Gobierno ha decidido dejar sin subvenciones públicas a la fundación, el laboratorio de ideas de Aznar. Según informa Okdiario, el PP comunicó en enero a esta institución que cerrará el grifo del dinero público, lo que obligará a Aznar a hacer recortes muy importantes en la institución, que quedará reducida a la mínima expresión.

Sin la mitad de su presupuesto

Faes recibió 1,3 millones de euros en 2015, otorgado por los ministerios de Cultura y Exteriores. Estas subvenciones suponen la mitad del presupuesto de la fundación, que fue de 2,6 millones. El resto proviene de donaciones privadas y sólo 250.000 euros de la prestación de servicios y actividades.

Como consecuencia de este recorte, la institución presidida por Aznar tendrá que hacer un drástico recorte de plantilla, ya que cerca de la mitad de sus gastos corresponden a personal (1,28 millones). Faes prevé despedir a 15 de sus 21 trabajadores. Además, reducirá su sede en dos tercios de su superficie.  

La subvención a Faes ya se había ido disminuyendo en los últimos años, con unos 200.000 euros anuales. Según la misma información, el principal artífice del ahogo a la fundación de Aznar es José Manuel García Margallo, ministro de Exteriores.

Los desplantes de Aznar

El listado de choques entre Aznar y la actual dirección del PP, con Rajoy a la cabeza, es amplio. El último de ellos se produjo justo después de las elecciones del 20D, cuando se presentó por sorpresa al Comité Ejecutivo Nacional del PP a pedir un «congreso abierto» para elegir al próximo presidente del partido.  

Esta petición fue vista como un cuestionamiento del liderazgo de Rajoy. El malestar también se visualizó porqué el presidente del Gobierno sentó a Aznar en una de las alas de la mesa, en lugar de a su lado, lugar que le corresponde como presidente de honor del PP.

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