Rajoy exige fusiones múltiples para reducir a diez el número de bancos y cajas

Supone dejar en menos de la mitad la cifra actual de entidades mediante la creación de gigantes de 20.000 empleados, 200.000 millones de balance y sin activos tóxicos. El objetivo es que puedan financiarse en el mercado para desatascar el crédito

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El mapa bancario de España que ha diseñado Mariano Rajoy y su equipo económico prevé macrofusiones a tres y cuatro bandas para que finalmente queden en nuestro país un mínimo de ocho y un máximo de diez grupos bancarios.

El plan supone que prácticamente todas las entidades resultantes serían sistémicas, es decir, con influencia decisiva en la solvencia del sector a escala europea. Gigantes con una plantilla de al menos 20.000 trabajadores y activos totales de unos 200.000 millones. La reconversión del sector incluye la creación de un banco malo donde aparcar los activos tóxicos, para lo cual se barajan cinco escenarios.

Este esquema ya ha sido trasladado y consultado con los responsables a las patronales bancaria, la AEB, y de las cajas y sus bancos, la CECA, así como a los presidentes de las seis principales entidades del país: Santander, BBVA, Bankia, La Caixa, Sabadell y Popular, según diversas fuentes cercanas a varias entidades.

Acceso a la financiación extranjera
 
El objetivo al crear estas macroentidades es asegurar su solvencia y su capacidad de acceso a la financiación mayorista. Ahora mismo hay entidades sanas que no pueden acceder al crédito por la desconfianza hacia ellas al no disponer de balance suficiente para afrontar una economía en recesión con la morosidad al alza, según las mismas fuentes.

El PP ve también con buenos ojos una fusión entre dos de las grandes entidades ya existentes para conformar con otro grupo sistémico mundial junto al Santander. En esa posible operación entraría Bankia.

La palanca, un decreto

La herramienta para impulsar el proceso será previsiblemente un decreto donde se establecerían los nuevos requerimientos. De este modo, serían las propias entidades las que impulsaran los procesos de fusión, a los que suelen resistirse, fijándoles un plazo que de no cumplirse implicaría su fusión forzosa o liquidación.

El proceso de consolidación se completaría con la creación del llamado banco malo, una entidad pública que compraría los activos tóxicos de las entidades. El PP baraja por ahora unos cinco modelos de entidad tóxica, según las mismas fuentes. Los bancos sanos, sobre todo los grandes, quieren que sea optativo acudir a él y que quien lo haga que se vea obligado a fusionarse con otra entidad. El proyecto bancario de Rajoy implicará un nuevo e intenso ajuste de plantilla en el sector, que se sumaría al vivido estos dos últimos años.

Vuelco en el mapa bancario

Hace apenas dos ejercicios el mapa bancario español estaba formado por unos 40 bancos y cajas. La primera ola de fusiones impulsada por el Gobierno de Zapatero está a punto de dejar la cifra reducida a 25 entidades. Ahora la hoja de ruta del PP supondrá otro vuelta de tuerca, un recorte del 60% respecto al universo actual del sector, o lo que es lo mismo, reducir la planta bancaria a la cuarta parte de la existente antes de la crisis.

De momento, la consigna de Rajoy se ha transmitido a las cúpulas de todas las entidades que se han puesto manos a la obra para forjar esas macrofusiones.

De hecho, las negociaciones entre las entidades son intensísimas desde hace unos días. Existen rumores sobre contactos entre Liberbank, el banco liderado por Cajastur, y el grupo resultante de la fusión de Unicaja y Caja España-Duero. De confirmarse, la operación daría lugar a un banco con más de 130.000 millones de euros en activos y que ocuparía la séptima posición en el ranking financiero español. También el Grupo Caja3, integrado por Cajacírculo, Caja Inmaculada (dependientes de la Iglesia) y Caja de Badajoz, podría estar interesado en entrar en esta operación.

El mercado le atribuye también contactos con BMN (Caja Murcia, Caja Granada, Sa Nostra y Caixa Penedés), e incluso con la cotizada Banca Cívica (Caja Navarra, Cajasol, Caja Canarias y Caja Burgos).

Primeros anuncios oficiales

Rajoy podría empezar a detallar estos planes de reconversión bancaria en su discurso de la sesión de investidura a la presidencia del Gobierno. De momento, hace unos días aseguraba vagamente en público que era necesario hacer un «esfuerzo» para sanear los balances de la banca y que en España haya un grupo «necesariamente menor del que hay de entidades financieras que cumplan su función de dar crédito y no generen ni la más mínima duda sobre su situación».

Rajoy señalaba que las entidades españolas tienen que devolver «mucho dinero» a los inversores –más de 100.000 millones de euros en 2012 y afrontan problemas de acceso a la financiación, morosidad y poco crecimiento, así como de balances.

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