¿Puede Arrimadas al frente de Ciudadanos romper el tablero catalán?

La candidata a la Generalitat reclama "una regeneración política" que "deje de lado las cuestiones identitarias"

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Inés Arrimadas, una joven abogada, con experiencia en el mundo empresarial, es el rostro de Ciutadans para tratar de ser la fuerza política alternativa al bloque independentista de Artur Mas. Tiene poca experiencia, es diputada en el Parlament desde las elecciones de 2012, pero tiene el apoyo de un partido que ha conseguido en los últimos meses el interés de electores de Convergència Democràtica, conscientes de que el papel de Ciutadans puede asemejarse en la política española al que practicó durante décadas CiU.

Arrimadas, siempre al lado de Albert Rivera, el gran referente de esa posible tercera España, cree que ha llegado el momento: «Si se produce una gran movilización, puede ser la oportunidad para dejar de lado en la política catalana las cuestiones identitarias, con una apuesta por la regeneración política, que se traslade, después, a toda España», ha asegurado este sábado en una entrevista en el programa Converses de la Cadena Cope. 

Cambiar el relato

La incógnita, sin embargo, se ha trasladado a los propios dirigentes de Ciutadans, y a simpatizantes del partido, que no saben si esa oportunidad de la que habla Arrimadas llegará más tarde, con la posibilidad de que, tras el 27S, se abra una etapa de ingobernabilidad que obligue a nuevas elecciones.

Las dudas se centran en la necesidad de que hubiera sido el propio Albert Rivera el mejor candidato, para arrastrar «con independientes en las listas», a una buena parte de la sociedad catalana que lo que quiere de verdad no es un parche o una solución al problema catalán, sino «cambiar por completo el relato, e iniciar una nueva etapa en la que quede claro que el discurso nacionalista durante décadas ha sido un error».

Recuperar a las bases reales de los partidos de izquierda 

Son comentarios de cuadros medios de Ciutadans, que llevan semanas pensando si el 27S puede ser o no el punto de arranque de ese ciclo que reclaman desde hace años. Ciutadans, el partido que impulsaron intelectuales como Francesc de Carreras o Arcadi Espada, nació de una convicción: que la izquierda catalana que representaba el PSC se había confundido con el nacionalismo catalán, y que se había abandonado a sus bases reales, aquellas que, sin sentir hostilidad hacia los principales dirigentes de CiU, que gobernaban la Generalitat, no se interesaban en realidad por las elecciones autonómicas, ni conectaban con ese permanente interés en lograr «el encaje de Cataluña en España».

Arrimadas comunica con fluidez los principales mensajes de Ciutadans. En la entrevista en la Cadena Cope ha insistido en que su partido puede ser la referencia del resto de fuerzas políticas constitucionalistas para gobernar la Generalitat.

«¿Qué harán el PP y el PSC si con la suma de Ciutadans, que puede ser la segunda fuerza política, se puede ganar a Junts pel Si?», pregunta Arrimadas, sin descartar, tampoco, el apoyo de Unió.

Regenerar España, como proyecto español y catalán

Todas esas fuerzas políticas representan intereses diferentes, y a eso se acoge, de hecho, el independentismo, consciente de que esa suma es muy improbable. Tanto, que significaría, en la práctica, una victoria para Artur Mas, porque todas ellas habrían asumido que se trata de un plebiscito sobre la independencia, y no unas elecciones autonómicas.

Arrimadas está bien situada. Conoce el debate sobre la fiscalidad, sobre las balanzas fiscales, «hay que mejorar la financiación, pero de todas las autonomías, y también la de los organismos locales», e insiste en que la clave en Cataluña es hacer ver que «lo más conveniente es una España que funcione, porque es lo que piden muchos catalanes, que dudan, y que dejarían su apuesta por la independencia si tuvieran la garantía de que España hace los deberes, para resolver cuestiones, por ejemplo, como la politización de la administración de la Justicia».

Es decir, la candidata de Ciutadans está centrada en el corazón del proyecto de Albert Rivera, «regenerar España» como proyecto español, pero también catalán.

Entre 16 y 20 diputados 

Sin embargo, las dudas se mantienen. En los debates, en las distancias cortas, Arrimadas sabe lo que dice,  cómo lo debe decir, y qué materias debe defender. Pero no es Albert Rivera, que quiere correr hacia la Moncloa, a toda velocidad, al entender que ello será también una llave para transformar Cataluña.

Las diferentes encuestas otorgan a Ciutadans entre 16 y 20 diputados. Es un buen salto, pero en estos momentos las aspiraciones eran más altas. Uno de los factores con los que no se contaba es la posible representación de Unió Democràtica. Muchos electores, los más moderados de CiU, que se han contado, según varios expertos, en 150.000, se habían decantado en las encuestas de los últimos meses por Ciutadans. Ahora podrían apoyar, en una buena proporción, a Ramon Espadaler, el candidato de Unió.

Y eso restaría poder a la fuerza de Albert Rivera.

Carrizosa y Girauta, emergentes con experiencia

En el partido hay otros valores emergentes, que, en realidad, ya tienen bastante experiencia, como Carlos Carrizosa, que se ha hecho con los resortes internos, y que ha sido uno de los diputados más activos en la comisión sobre el fraude fiscal en el Parlament. También Juan Carlos Girauta, un periodista que logró el acta de eurodiputado en las elecciones europeas de 2014, combativo, que conoce a la perfección los puntos débiles de los partidos de izquierda catalanes. Arrimadas puede contar con ellos.

Pero algunos dirigentes entienden que era el momento, también, de buscar complicidades con la sociedad civil que le gustaría un cambio de verdad en Cataluña.

Un nuevo salto, tras el 27S

Las encuestas son indicativas, pero pueden que no recojan los cambios internos que se están produciendo en la sociedad catalana. La única respuesta llegará el 27S.

La convicción de los dirigentes de Ciutadans consultados es que se puede producir un primer salto que se consolide en unas nuevas elecciones, que se dan por seguras, si Mas no llega a la mayoría absoluta.

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