Portugal abonará el 20% de los ingresos perdidos a los bares cerrados

El Gobierno luso compensará a la hostelería por el parón de actividad que ha decretado los fines de semana a partir de las 13.00 horas

Una terraza cerrada en Lisboa. EFE.

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La mayoría de Gobiernos europeos han endurecido en las últimas semanas las medidas de distancia social con el objetivo de evitar un confinamiento domiciliario masivo como el que se vivió en marzo. Aunque todos los Ejecutivos coinciden en que es necesario mantener, en la medida de lo posible, la actividad económica, el sector de la hostelería se revela como el gran afectado de esta segunda ola de la pandemia. En Galicia, la Xunta de Alberto Núñez Feijóo decretó el pasado fin de semana el cierre total de bares y restaurantes en 60 municipios de la comunidad. A estos establecimientos tan solo se les permite abrir para entregar pedidos o enviar a domicilio, algo que ha generado la crítica unánime del sector, que pide un «rescate» para evitar cierres en masa. 

Si bien es cierto que muchas comunidades han optado por el cierre de la hostelería (es el caso de Cataluña, Asturias, País Vasco o Aragón) otras, como Madrid, indican que ese será su último recurso y estudian medidas para garantizar el mantenimiento de la actividad. Hasta ahora, y aunque había reducido su horario nocturno de forma considerable, Portugal también mantenía abierta la hostelería la mayor parte de la jornada. No obstante, este jueves, el primer ministro luso, António Costa, anunció la puesta en marcha de nuevas medidas ya que la presión hospitalaria en el país vecino se está disparando con cifras superiores a las de la primera ola de la pandemia, lo mismo que el número de contagios y de muertes.

Cierres de fin de semana

El Gobierno luso ha decidido endurecer las medidas de restricción durante los fines de semana en aquellos municipios que considera de alto riesgo (191 tras la última actualización de este jueves). Así, al menos durante los próximos fines de semana de noviembre, en estas localidades la actividad, incluida la hostelera y la comercial, se parará entre las 13.00 horas y las 8.00 del día siguiente. «La regla es todo cerrado«, dijo el primer ministro en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros en la que se decidieron las medidas, en la que insistió en que la situación en el país «es grave».

Sin embargo, el Gobierno luso ha decidido emprender un pequeño rescate para la hostelería que se vea afectada por los cierres durante el fin de semana (por la semana pueden abrir hasta las 22.30). Por el momento, estos establecimientos recibirán un apoyo equivalente al 20% de los ingresos perdidos durante los dos siguientes fines de semana.

Cálculo de las ayudas

El importe se calculará a través de la factura electrónica de los establecimientos. Se contarán los 44 fines de semana entre enero y octubre. Así, los dueños de bares y restaurantes podrán comunicar «bajo un compromiso de honor» los ingresos efectivos que preveían facturar los siguientes fines de semana. Las ayudas que recibirán serán equivalentes al 20% de la pérdida de ingresos de esos cuatro días, en comparación con el promedio de los 44 fines de semana anteriores.

Todo esto mientras que en Galicia el presidente de la Xunta ha reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez que ponga en marcha una serie de ayudas directas, contempladas en los Presupuestos del Estado, para salvar a la hostelería cerrada. Bajadas del IVA para este sector así como la ampliación de los ERTE hasta mayo del año próximo son algunas de las medidas planteadas por el presidente gallego, que este jueves anunció la implementación de una nueva línea de créditos para autónomos afectados por el Covid de 10 millones de euros, que viene a sumarse a otra línea de ayudas al alquiler de 12 millones aprobada la pasada semana.

El Gobierno asegura que tiene en marcha diversos mecanismos para ayudar a la hostelería y que, además, el Ministerio de Industria trabaja en nuevas medidas de apoyo «como ampliar los periodos de carencia y de amortización de los créditos ICO y un plan para formar a más de 70.000 trabajadores y trabajadoras del sector».

Medidas todas ellas que, por ahora, son calificadas de insuficientes para un sector que, asegura, está al borde de la ruina con las nuevas restricciones aplicadas por la pandemia.

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