Pontón conduce al BNG a las elecciones que marcarán su supervivencia

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha decidido seguir su propio camino en estas elecciones, lejos de partidos que obedecen órdenes desde Madrid. Una ruta que no se sabe qué rumbo llevará, pero que cuenta con una gran timonel con años de experiencia en el Parlamento gallego, algo de lo que no todos sus rivales pueden presumir.

Tirando de tópico de los noventa, los que la conocen definen a la candidata nacionalista a la presidencia de la Xunta como «joven, pero sobradamente preparada». Y es que Pontón (Sarria-Lugo, 1977), inició su andadura política al poco de comenzar a estudiar en la compostelana Facultad de Ciencias Políticas. Desde 200, está en la primera línea del frente.

Militante de la Unión do Povo Galego (UPG), el partido político que históricamente ha hecho valer sus posicionamientos en el seno del BNG, y portavoz nacional de la formación desde febrero de este mismo año, Pontón tiene trabajo por delante para acabar de curar las heridas de las últimas escisiones y asegurar la continuidad de un partido que en las pasadas elecciones nacionales no logró representación en el Congreso de los Diputados.

Compañeros de militancia

«Un tempo novo» es el lema electoral del Bloque que, de la mano de Ana Pontón, quiere pedir una segunda oportunidad al que fue su electorado y que, en muchos casos, se fue a En Marea arrastrado Xosé Manuel Beiras.

Precisamente, con su rival de En Marea, el magistrado en excedencia Luis Villares, compartía militancia en el movimiento estudiantil de los Comités Abertos da Facultade (CAF). A él y al candidato del PSOE, Xoaquín Fernández Leiceaga, será la primera en llamarlos para formar un gobierno alternativo a Feijóo si el actual presidente de la Xunta pierde la mayoría absoluta.

Una gallega más

Durante la campaña, a través de una serie de vídeos, Ana Pontón se ha mostrado como lo que es: una gallega más. Lo mismo va al mercado a hacer la compra, como este sábado durante la jornada de reflexión, se cuelga la bata de autónoma para despachar pan en su localidad o para meterse en la piel de los productores lácteos.

Una persona con «rigor», con «capacidad de escuchar», que hace «autocrítica» y muy positiva» son algunas de las características que le atribuye su entorno, aunque ella diría: «Los seres humanos tenemos muchos defectos y, de vez en cuando, virtudes».