La USC diseña un método para medir las emisiones de la degradación forestal

Hasta ahora se cuantificaban las emisiones por deforestación, pero no las causadas por la pérdida de la capacidad de los bosques para generar bienes y servicios

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El doctor ingeniero de Montes formado en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo César Pérez Cruzado, el único investigador de la USC contratado con una bolsa del programa Marie Curie en el Campus Terra de la USC, está trabajando junto con otros investigadores de la Unidad de Gestión Forestal Sostenible (UXFS) en el desarrollo de una nueva metodología para cuantificar las emisiones de carbono debidas a la degradación de los bosques.

La línea de investigación en la que trabaja Pérez Cruzado se encuadra en el marco del proyecto QUAFORD (‘Towards a worldwide quantification of forest degradation’), que cuenta con 170.000 euros de financiación de la UE y cuya finalidad pasa por desarrollar métodos eficientes para calcular la degradación de los bosques y evaluar su impacto en las emisiones de carbono.

La reducción de la deforestación y la degradación forestal son las dos actividades contempladas por los acuerdos internacionales para compensar emisiones de carbono en el marco del programa REDD+ en las Naciones Unidas, pero, según Pérez Cruzado, estos mecanismos se centran casi exclusivamente en las actividades de deforestación, debido a la complejidad de la determinación del grado de degradación de un bosque.

Difícil de cuantificar

La pérdida de la capacidad de los bosques para generar bienes y servicios es lo que se conoce como degradación forestal, un concepto complejo que va más allá de los procesos de deforestación, ya que su efecto no puede monitorizarse mediante el cambio en la dimensión de las superficies forestales. La estimación certera del grado de degradación forestal de un bosque aporta información sobre el carbono emitido a la atmósfera, señala Pérez Cruzado.

El investigador precisa que la nueva propuesta de medición se basa en dos modelos, uno en el que se determina el nivel de productividad de un bosque a partir de las características actuales del mismo, para, en una segunda fase, estimar el stock máximo de carbono en condiciones de no degradación y compararlo con el stock existente en la actualidad.

Reducir las emisiones de carbono asociadas a la deforestación y a la degradación forestal es «muy importante para combatir el cambio climático y limitar el calentamiento global», apunta este investigador.

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