Habla la patronal forestal: “El monte estaba mejor cuidado hace 50 años”

Confemadera critica la visión “cortoplacista” de los políticos y pide una estrategia de país, que integre a toda la sociedad, para el futuro forestal de Galicia

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“Estoy indignado, cabreado. Ya no es un problema de sector, sino de sociedad. Fue dramático, un Prestige del interior de Galicia (…) Creo que es necesario reunirse todos los agentes, la universidad, los trabajadores, los propietarios forestales, las empresas, catedráticos de Derecho Civil para el tema de la propiedad… Tenemos que cambiar y transformar Galicia. Es imposible no hacer nada”.

Así se expresa Elier Ojea, el presidente de Confemadera, todavía “afectado” por las escenas “de Baiona o de Nigrán” del pasado domingo, cuando la ola de incendios se cobró la vida de cuatro personas y calcinó decenas de miles de hectáreas. La patronal representa a una industria que factura 2.800 millones al año y sostiene 20.000 empleos directos. Ojea también está al frente de Fearmaga, la agrupación de aserraderos y rematantes y la patronal más antigua del sector de la madera.

“Podríamos ser la séptima u octava potencia forestal de Europa y nos estamos convirtiendo en una carbonera”, lamenta el empresario, que ve como tras años y años debatiendo sobre los males del monte gallego, acertando incluso en el diagnóstico, los problemas se enquistan sin que nadie sea capaz de desarrollar una estrategia a largo plazo que asegure el futuro forestal de Galicia mediante la ordenación y explotación eficiente del territorio.

Confemadera: «Podíamos ser una gran potencia forestal en Europa y estamos convirtiendo el monte en carbón»

“El único problema que tenemos aquí, y siento decirlo, es el concepto cortoplacista de nuestros políticos. Temas de medio y largo plazo no interesan. Ellos quieren la foto del verano para criticar al Gobierno o criticar a la oposición y punto. Ya está pasando con estos incendios. Ahora llueve durante mes y medio y olvidamos todo”, censura Ojea.

A la pregunta de por qué arde Galicia, el presidente de Confemadera incide en que hay una multiplicidad de causas, pero ve una de las más perversas en el minifundio. “En Ourense tenemos 550.000 hectáreas de superficie forestal. Hay cientos de miles de propietarios con parcelas de 400 metros y cerradas. Eso no lo proteges aunque pongas un helicóptero en cada parcela”, dice. “Los propietarios ahora ya no saben ni donde está su monte. Es gente que ya no vive allí y que si arde tampoco le importa porque, total, son 400 metros. Hace 50 años el monte estaba mejor cuidado que ahora”, concluye, aludiendo a los campesinos que limpiaban las parcelas y abrían los caminos, frente al nuevo propietario que «igual vive en Bilbao». 

“Eso no puede ser. Una sociedad como la nuestra no puede permitirse que alguien pueda decir esto que estoy diciendo. Algo estamos haciendo mal”, insiste.

«A los políticos no les interesa hablar a medio o a largo plazo. Les interesa la foto del verano para criticar al adversario»

Con el Plan Forestal que dejó Manuel Fraga sistemáticamente incumplido, una estructura de la propiedad minifundista y una plantación cada vez más enfocada al ciclo corto, principalmente al eucalipto, en Confemadera piden una hoja de ruta a largo plazo, poniendo inversión y ganas por parte de la Administración.

“Si mañana aparecen 200 hectáreas para trabajar, vas a tener gente dispuesta a invertir en esa superficie. El problema es cómo juntas 200 hectáreas si las parcelas son de 400 metros. Individualmente no puedes, es la Administración quien tiene que impulsarlo”, señala.

La actuación sobre la propiedad sería la primera medida. La segunda, “plantar para los nietos”. “Antes se pensaba en árboles de 40 o 50 años, aquellos pinos que daban un 30% de madera limpia con la que podías hacer tarima o moldura, producto con un valor añadido superior a otros. Hoy en Galicia puedes hacer un modelo combinado como en Francia, con el apoyo a bosque de ciclo corto combinado con bosque de caducifolias. Actualmente tenemos que importar madera francesa porque aquí no hay, no tenemos superficie adecuada para plantar”, explica Ojea.

La industria forestal factura 2.800 millones al año y sostiene 20.000 empleos directos en Galicia

Castilla y León, con un 80% de superficie pública, está a punto de superar a Galicia en gran parte de estos aspectos porque tiene capacidad para tomar decisiones. Nosotros tenemos que estar negociando con cada propietario, con cada Concello… ¡Aquí no se llega a un acuerdo en la vida!, lamenta.

Por eso solicita ese gran acuerdo entre los distintos actores. “Después de lo que pasó tenemos la obligación de pedir esto. La sociedad gallega tiene que sentarse. Esta es nuestra tierra. Es de todos. Da igual si quieres buscar rentabilidad en la madera y crear riqueza y valor añadido, o si quieres simplemente pasear por nuestros bosques. Todos tenemos que participar”, concluye.

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