Ni una sola solución para la crisis en tres horas de debate electoral

El rescate de Alcoa y la refriega política apenas dejan hueco para que los candidatos expongan los puntos clave de la reconstrucción tras el Covid-19

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Los debates electorales son más propicios para el choque ideológico que para detallar medidas. En el más importante de la campaña de las elecciones gallegas, todo el mundo demostró que tenía un plan, o incluso varios planes, pero nadie pareció querer entrar en detalle sobre cómo recuperar la actividad después del parón provocado por el coronavirus.

Por el debate organizado por la CRTVG pasaron planes de digitalización, transformaciones del Igape, fondos para ciencia e innovación o un nuevo plan eólico, sin que ninguno de los siete candidatos fuera más allá de su mera enunciación en las tres horas que duró el encuentro. Alberto Núñez Feijóo se ocupó de defender su gestión sin pasar al ataque. Tiene la ventaja de su cargo, que le ha permitido salir de manera persistente en televisión a explicar los planes de la Xunta semanas antes del debate.

Vox, que tiene un decálogo en lugar de un programa para Galicia, pero que habló con ganaderos de Curtis y pescadores de Malpica, dijo que ahorrarán dinero recortando gasto político (asesores, por ejemplo) para destinarlo a reducir impuestos –entre ellos el de sucesiones– y a un plan de vivienda para jóvenes. Otro plan.

Por el medio, unos y otros se enredaron en las cifras que ofreció el presidente de la Xunta y que nadie pareció creerse. No hubo un debate a fondo sobre cómo abordar una situación de crisis económica y de incremento del déficit público que, previsiblemente, coartará la capacidad de actuación de los gobiernos. Gonzalo Caballero dejo claro, eso sí, que no será lo mismo con un Ejecutivo de derechas que con uno liderado por el PSOE.

Intervenir Alcoa (y el Igape)

Las crisis más urgentes, aquellas que afectan al ámbito industrial, concitaron cierto consenso entre las principales fuerzas de izquierda, PSOE, BNG y Galicia en Común, las que a priori podrían conformar una alternativa a Feijóo en la Xunta. Las tres apuestan por una intervención en Alcoa. Caballero expresó su “absoluto compromiso”, mientras que Antón Gómez-Reino incluso comprometió fondos del Gobierno gallego si llegaba a gobernar. El candidato de Galicia en Común llegó a decir que el estatuto del consumidor electrointensivo estaba aprobado –aunque no lo está– en un debate donde pasó desapercibida otra industria en crisis, Alu Ibérica, la antigua planta de Alcoa en A Coruña.

También los tres partidos coinciden en que es necesario reformular el Igape, el organismo de apoyo a las empresas de la Xunta, aunque no detallaron como durante el debate. Todos expresaron su compromiso con incrementar los fondos para ciencia e innovación, llegando a duplicarlos, según prometió Ana Pontón.

Muchos planes y muchas renovables

Si Caballero apostó por una ley de fomento del empleo, una reindustrialización y un incremento de la inversión en I+D+I, Ana Pontón abogó por un modelo de economía verde, “con menos eucaliptos y más monte funcional que no arda” y con una clara apuesta por las renovables y por una tarifa eléctrica propia que abarate el coste para las familias y las empresas. Esta es una propuesta que el BNG defiende desde hace años.

Antón Gómez-Reino abogó por un plan industrial, un plan especial de empleo para el fomento de los cuidados, el medioambiente y la economía circular y un plan de digitalización y transición ecológica para las empresas. El candidato de Galicia en Común defendió también la necesidad de una gestión 100% pública del agua y la recuperación de las concesiones hidroeléctricas. Fue una de las medidas más concretas de la noche. 

Pancho Casal, candidato de Marea Galeguista, también lanzó propuestas en esta línea, como la de un plan eólico que garantice la “autonomía energética” de Galicia. Fue el único que aludió a la necesidad de un plan para el vehículo eléctrico.

Feijóo, a la defensiva

El líder del PPdeG hizo alusión al problema clave: “Estamos en uno de los peores países desde el punto de vista de la economía porque va a ser uno de los países que va a sufrir con más intensidad, lo dice la OCDE, el FMI, el Banco de España”. Pero se quedó ahí. Feijóo defendió que es un candidato que ofrece “confianza”, “estabilidad” y “gestión”. “Soy el único que puede asegurar que el programa se puede aplicar de forma inmediata”, aseguró.

A partir de ahí, el presidente de la Xunta se enredó en discusiones sobre las cifras sin llegar a poner sobre la mesa medida alguna.

 

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