Monitorizar el sueño con el móvil: ¿es fiable?

Con los smartwatches toda la información del sueño está disponible en el móvil, pero es recomendable tomarse estos datos con un grano de sal

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Los relojes inteligentes Fitbit se han convertido en dispositivos cada vez más demandados en todo el mundo, con capacidad para rastrear diferentes estados a partir de la información cardiaca y sensorial que obtienen de los usuarios. En el segundo trimestre de este año, los smartwatches de la joven tecnológica estadounidense —fundada en 2017— facturaron en torno a 170 millones de euros en todo el mundo, y su base de usuarios no ha parado de crecer en los últimos dos años.

Además de monitorizar la actividad física y gestionar la información a través de sus móviles, los usuarios de los smartwatches Fitbit (así de los productos de las muchas compañías que han entrado en el sector en los últimos años) suelen obtener de sus dispositivos información importante sobre su calidad de sueño y sobre lo que sucede en parte en sus cuerpos durante las noches. No obstante, es recomendable tomarse estos datos con un grano de sal, especialmente en función de los trastornos del sueño.

El sueño, como el cerebro mismo, no es un campo en el que los científicos estén de acuerdo en la totalidad de sus aspectos. De hecho, todavía hay mucho que no sabemos sobre esta rama de la neurología, salvo algunos asuntos generales, como que dormir poco está asociado a una extensa lista de problemas de salud o que tener menos del 5% de sueño profundo durante la noche probablemente también es nocivo. Por lo demás, prácticamente se trata de misterios con soluciones no aplicables a todos.

Las lagunas de Fitbit

El tiempo recomendable de sueño para los adultos sanos es de entre siete y nueve horas, y los científicos esperan que ese sea sueño de calidad; es decir, entrar relativamente rápido en ese estado, que el mismo sea profundo y que la mayor parte del tiempo que se esté en cama sea exclusivamente para ello. Desde Fitbit se ha insistido, por ejemplo, que «si la persona se está moviendo mucho durante la noche, es poco probable que esté dormida».

Estos dispositivos proveen información sobre el sueño utilizando una versión menos refinada de un instrumento utilizado clínicamente para medir aceleraciones, llamado acelerómetro. Desde la muñeca, el smartwatch puede medir los movimientos de la mano hacia arriba y abajo o de lado a lado. No obstante, una de sus deficiencias es que tiene un rigor relativamente bajo comparado con su versión clínica, en especial porque no es tan preciso para detectar los momentos en los que se está despierto.

Se calcula que el acelerómetro de gadgets como Fitbit solo la mitad de las veces puede identificar correctamente que una persona está despierta, en comparación con los instrumentos clínicos. A su vez, tienden a sobreestimar el tiempo de descanso de los usuarios, y no consiguen diferenciar entre los movimientos de la persona que los usa y otros movimientos que puede haber en el mismo espacio, como los de su pareja o mascota.

«Asumen que una persona acostada perfectamente inmóvil está dormida, y cualquiera que haya tenido una noche de insomnio sabrá que eso no es necesariamente cierto», apunta Gizmodo en un análisis. También «asumen que no hay movimiento en la muñeca salvo por el de la persona que está usando el dispositivo», como explicó al mismo digital la neurocientífica de la Universidad de Massachusetts Amherst, Rebecca Spencer.

Los especialistas del sueño estudian las cuatro etapas del sueño midiendo las ondas cerebrales, la actividad muscular y el movimiento ocular, en una prueba conocida como polisomnografía. Fitbit no puede, por ejemplo, medir las ondas cerebrales, por lo que recurre a un algoritmo que, según asegura la empresa, brinda resultados que concuerdan con los de la polisomnografía un 70% de las veces para el sueño ligero y un 60% para el sueño profundo, una de las etapas más importantes, sino la más.

Los especialistas cuestionan la precisión de Fitbit

No quiere decir esto que los dispositivos no sean útiles para obtener un panorama general de nuestras tendencias de sueño, sino que en los casos clínicos en los que la minuciosidad es necesaria, no son 100% fidedignos. «El sueño total es solo la punta del iceberg cuando se trata de comprender nuestro sueño. Es por eso que los modelos más nuevos de Fitbit y otros relojes inteligentes aprovechan más datos, incluida la frecuencia cardíaca, para proporcionar información sobre todo el ciclo del sueño», explica Gizmodo.

Los especialistas del sueño entienden el valor genérico de estos productos pero advierten de la importancia de no tomar decisiones médicas a partir de sus resultados, que son aproximaciones difusas. «Tenemos que medir muchas señales biológicas para comprender las etapas del sueño», comentó la investigadora de la Universidad de Ciencias Avanzadas de Kioto, Zilu Liang, que añadió que es poco probable que las dos fuentes de información de Fitbit «sean suficientes para inferir con precisión las etapas del sueño».

Como siempre que se habla de asuntos relativos a la salud, lo recomendable para quien tenga dudas sobre su calidad de sueño y el efecto de ello en su salud es que visite a un especialista. No que dispositivos como Fitbit no sean prácticos para hacerse una idea a grandes rasgos de cómo nos comportamos por las noches cuando estamos en cama. Pero más allá de las tácticas de marketing, nunca está de más recordar que los rastreadores de sueño no son dispositivos médicos, como bien apunta Gizmodo.

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