Mas insta a CiU a aparcar la crisis interna hasta las municipales

La federación celebrará un consejo nacional conjunto el 18 de abril para ajustar la campaña del 24M

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Las diferencias existen y son de envergadura. Pero la especialidad de la casa es, precisamente, la gestión de los reproches y la retirada a tiempo cuando las cosas de comer están en peligro. Y ahora sucede exactamente eso. La ejecutiva de CiU, con Artur Mas al frente, pero sin Josep Antoni Duran Lleida y sin Josep Sánchez Llibre, que no asistieron, –evidenciando su malestar– aparcó la crisis interna hasta las elecciones municipales. Hay mucho en juego.

Esa ha sido una vieja historia. Los comicios, la posibilidad de mantener o de alcanzar el poder siempre ha sido prioritario. La ejecutiva consideró que las explicaciones de las dos direcciones, reunidas en el Palau de la Generalitat con el President Mas el pasado viernes, fueron suficientes. Ningún alcalde convergente, como sucedió la pasada semana con el de Mataró, y con la de Figueres, critica de nuevo a Duran Lleida.

Y, al mismo tiempo, Unió se compromete a respetar el principio de acuerdo de Convergència con Esquerra Republicana sobre la hoja de ruta, alcanzado también el pasado viernes.

El poder territorial en peligro

La posición, por ahora, es que se debe respetar el acuerdo del viernes, que se cerró con un comunicado. El secretario general de Unió, Ramon Espadaler, aseguró este lunes que la posición «firme, cerrada y definitiva de la federación» es la alcanzada con un breve escrito en el que se viene a decir que la vida sigue, y que el poder territorial es más importante que cualquier otra cosa en estos momentos.

CiU sabe que en las municipales del 24 de mayo perderá alcaldías, que su peso será menor. En buena medida se debe al éxito de 2011. Dirigentes de la federación admiten que «será imposible tener un resultado igual». Esquerra se ha recuperado del batacazo que sufrió en las elecciones autonómicas de 2010, y en las municipales de 2011. Y la presencia de nuevos partidos, como Podemos y Ciudadanos restará a CiU concejales en muchas localidades.

La gran incógnita de Barcelona

El gran objetivo, sin embargo, es mantener Barcelona, y cualquier distracción o exhibición de la crisis interna puede impedir que Xavier Trias se quede sin la alcaldía.

Para Unió también es concluyente. La dirección del partido democristiano necesita saber su poder en el territorio, con alcaldes y regidores, consejos comarcales o presencia en las diputaciones, para valorar qué pasos tomará después.

¿Y el descalabro que apuntan las encuestas?

En la ejecutiva de este lunes, Mas marcó la posición. Todos a una, aunque sea de forma ficticia. El 18 de abril se ha convocado un consejo nacional conjunto, de los dos partidos, para ultimar los detalles de las municipales. Y el 14 de junio, con los resultados en la mano, Unió convocará a su militancia para conocer si sigue a Convergència en la hoja de ruta hacia la independencia en las elecciones del 27 de septiembre.

Pero la orden, hasta el 24 de mayo, es clara: silencio, aunque se es consciente de que será muy difícil mantenerlo.

Y es que algunos dirigentes se preguntaban cómo CiU aguantará la presión, ante el descalabro electoral que indican las encuestas.

 

 

 

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