Los partidos gallegos ‘pasan’ de las elecciones catalanas y se enrocan en su hoja de ruta

El declive de Podemos tensiona todavía más la confluencia para una candidatura gallega en Madrid

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Lo que no me mata, me hace más fuerte. Esa es la postura que han tomado los grupos políticos gallegos tras unas elecciones catalanas que han debilitado a PP y Podemos, que han tensionado el debate en la izquierda y que, como casi siempre, han ganado un poco todos. El mensaje de los dos partidos mayoritarios en el Parlamento ha ido en esa dirección. Pero quizá ha sorprendido más el de Pedro Puy, portavoz de los populares, que en lugar de destacar que los partidos independentistas no habían alcanzado –por los pelos– el 50% de los votos, condenó a «la política catalana».

Para Puy, lo «grave» es la «polarización y la fractura» abierta en Cataluña. Y no culpó en esta ocasión a Artur Mas, que probablemente tenga los días contados al frente del soberanismo, sino al «fracaso» de la política catalana. Flaco favor le hizo a Mariano Rajoy, que poco después valoraba el 27S bajo las críticas del resto de partidos por no evitar esa fractura y con el aliento en la nuca de Ciudadanos, que amenaza con restar a los populares una cota enorme de poder territorial.

Reforma constitucional

El PPdeG culpabiliza a los políticos catalanes y por eso no quiere hablar de reforma constitucional «lo que está fracturada es la sociedad catalana, no España o Galicia», zanjó.

No había mucho margen para sacar pecho por los resultados de García Albiol. No perdió la ocasión el secretario xeral del PSdeG, Gómez Besteiro, para recordarlo. Apuntó que los populares llevan tres elecciones con resultados «desastrosos» debido a su política de «no hacer, de no comprometerse, de no tener futuro», en alusión al inmovilismo de Mariano Rajoy.

Si el PP no se mueve, los socialistas, que han salido mejor parados del envite pese a las heridas, tampoco cambian el rumbo. Besteiro insistió en que «la solución tiene que ser la reforma del sistema constitucional», de la que ha defendido que es su partido «el único que puede ofrecer un marco estable, no sólo pensando en Cataluña sino en toda España».

El BNG lanza el guante

Para las fuerzas nacionalistas, el debate es diferente. Su papel en las elecciones generales pasa por un proceso de confluencia muy atascado por el preacuerdo entre Anova, Esquerda Unida y Podemos –al que previsiblemente se sumarán las mareas– que dejó de lado a Compromiso por Galicia y BNG. Sin embargo, el batacazo de la marca Podemos en las elecciones catalanas, representada en Catalunya Si que es Pot, ha reabierto el debate.

Xavier Vence, portavoz nacional del BNG, entiende que los resultados de las elecciones catalanas, incluido el «fracaso» de Podemos, «son razones más que sobradas» para articular una opción política alrededor de «una candidatura plural no supeditada a ningún otro grupo». En este sentido, tendió la mano al resto de fuerzas –Anova, Esquerda Unida y Podemos– porque «aún tiempo» para tejer esa candidatura.

Galicia no es Cataluña

Pero Galicia no es Cataluña. A eso se aferran Podemos y Anova para reafirmar su alianza. Tanto Breogán Riobóo como el coordinador de la formación nacionalista, Antón Sánchez, coincidieron en que los resultados «no son extrapolables».

 

También Xulio Ferreiro, alcalde de A Coruña y representante de Marea Atlántica, confió en que los resultados serán diferentes, «las generales no son las autonómicas catalanas», zanjó. Pero lanzó una advertencia al margen de su esforzado papel por mantenerse a distancia de la confluencia, «la lección que debe extraerse de la cita del domingo es la necesidad de ir a una posición de acumulación de fuerzas, con sedimentos sólidos», en la que Podemos «es uno más».

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