Los diez grandes retos del vicepresidente económico Francisco Conde

La crisis de Alcoa y el nuevo modelo energético, pasando por dar forma a los proyectos tractores ideados por la Xunta, están entre las tareas prioritarias

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Francisco Conde no se suele alterar con facilidad. Pocas veces pierde la calma el flamante vicepresidente segundo de la Xunta. Y mantiene un discurso circular: dos o tres premisas sencillas para construir el relato y llegar al lugar elegido, ya sea para armar de argumentos la cesta de los agravios de Madrid con Alcoa y el precio de la electricidad o para abordar los flecos pendientes de los proyectos de inversión que maneja el Gobierno gallego, fruto de ese análisis realizado en pleno confinamiento por el comité de expertos de Feijóo. Buena nota tomó Conde de todos aquellos debates telemáticos, luz proyectada sobre la realidad poliédrica de la economía gallega.

La elección de Conde como vicepresidente podrá tener múltiples lecturas, sobre todo desde el plano político (prioridad de los asuntos económicos en la agenda de la Xunta, reconocimiento a su gestión en la Consellería de Economía, contrapeso al poder del propio Alfonso Rueda, su par en la otra vicepresidencia), pero representa sin duda la apuesta del propio Feijóo por abordar en paralelo las dos crisis que nos ha traído el Covid-19: la sanitaria y la económica. Y hasta diez retos tiene por delante el monfortino.

VENTA DE ALCOA. Llevar a buen puerto y arropar la operación de aterrizaje de Liberty en Aluminio Español, la planta de Alcoa en San Cibrao, es quizá el cometido más urgente que tiene ante sí el flamante vicepresidente. Su equipo está monitorizando la crisis desde el principio, y el empujón de la Consellería de Economía puede llegar por dar facilidades al comprador a través de préstamos participativos, como adelantó en campaña.

CRISIS INDUSTRIAL. A la crisis de Alcoa se suma otra, mucho más genérica, la industrial, que ha dejado muy lejos ese objetivo de que el sector secundario llegue a representar el 20% del PIB gallego. No es solo el precio del megavatio para la industria electrointensiva, es el naval, por ejemplo, comenzando por Navantia, con toda la pléyade de empresas auxiliares. La crisis del Covid agravará los cierres de empresas. Será misión de Conde remar en la dirección contraria ante el naufragio anunciado.

NUEVO MODELO ENERGÉTICO. Endesa y Naturgy, esta con especial ninguneo a la Xunta en los últimos años, han puesto pies en polvorosa en As Pontes y Meirama. Un millar de empleos, entre directos e indirectos, generaban las térmicas gallegas que ahora cierran. Buscar alternativas industriales para estas comarcas, singularmente relacionadas con la energía, será prioridad del vicepresidente económico.

PROYECTOS TRACTORES. La Xunta anunció tras el confinamiento, y en la antesala de las elecciones, toda una batería de proyectos tractores para impulsar lo que se entendía antes por clústeres. Poner letra a esa música será ahora labor de Conde y su equipo. Entre las iniciativas, la instalación de una planta de hidrógeno, un centro para transformar residuos en biogás y una fábrica de fibras textiles. Inversiones millonarias.

IMPULSO DEL IGAPE. La estrategia del Igape, siempre cuestionada, mudó en los diez años de una crisis como la pasada. El organismo público dependiente de Economía se convirtió en una UCI de empresas. Frente a quien pide la reinvención del Igape, parece obligada, de arranque, una mayor dotación presupuestaria para el instituto ante la que se avecina.

COMPETENCIA DE PORTUGAL. Especial atención y seguimiento el que ha hecho la Consellería de Economía en los últimos años ante el proceso de captación de inversiones por parte de Portugal. La dinámica se ha agravado con una oferta triple de suelo casi gratis, energía barata e impuestos bajos por parte del país vecino. Armar una estrategia frente a todo ello es casi obligado en estos momentos.

LA INDUSTRIA DEL MONTE. Desde 2017, Feijóo optó por distribuir las competencias en la gestión del monte, que quedó dividida en dos vertientes: el ámbito económico –que depende de Economía e Industria– y la política contra incendios y de ordenación, competencia de Medio Rural. Conde tiene en sus manos la joven Axencia Galega da Industria Forestal.  

CAPTACIÓN DE INVERSIÓN EXTRANJERA. Galicia es un oasis para la atracción de inversión extranjera, que está en mínimos históricos salvo contadas operaciones de movimiento de fondos de grandes multinacionales. Es un reto pendiente de la anterior legislatura, y dar con la fórmula para revertir la situación no parece tarea fácil, cuando los recursos que llegan cada año a Galicia están lejos de representar el 1% de toda la inversión extranjera que capta España, cuando el peso de nuestra economía supera el 5% en el PIB nacional.

DESEMPLEO. Aunque hay una consellería creada ad hoc para combatir el paro, la transversalidad de la vicepresidencia económica a buen seguro otorga a Conde un rol relevante desde su nuevo puesto. Galicia todavía no ha recuperado tasas de empleo previas a la crisis de 2008, aunque en términos de PIB sí lo ha logrado.

POLÍTICA DE INNOVACIÓN. No por último reto de este particular listado es el ámbito menos crítico si de lo que se trata es de escribir el futuro de la economía gallega. Dar forma a proyectos como el polo de Rozas, de drones, una apuesta casi personal de Conde, es otro de los grandes objetivos, sin descuidar todo lo relacionado con la Axencia Galega de Innovación, de su competencia directa. El I+D, en Galicia, debe sumar, no restar, como sucedió durante años.

 

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