Los colectivos sanitarios critican la «incompetencia» de Mato en la gestión de la hepatitis C

Advierten del precio desorbitado que se paga en España por los nuevos medicamentos y cargan contra la ministra de Sanidad que aseguró un tratamiento para todos los enfermos antes de su dimisión

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Ana Mato está en la diana y todos los dardos se dirigen hacia ella, incluso después de abandonar su cargo como ministra de Sanidad. Algunos colectivos sanitarios cargan contra su gestión por los nuevos tratamientos para la hepatitis C que está protagonizando encierros en hospitales y generando un debate en los medios y en la calle.

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública se ha pronunciado, también, sobre la nueva crisis que azota al Gobierno en materia sanitaria. El presidente de esta organización, Manuel Martín, habla sin tapujos sobre cómo el Ejecutivo liderado por el Partido Popular ha llevado a cabo una política sanitaria de recortes y limitaciones. Y no es el único. La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ya aconsejaba a finales de año no seguir las recomendaciones gubernamentales sobre la hepatitis C.

Críticas al Gobierno y a Mato

«La capacidad de negociación del Ministerio de Sanidad ha sido ruinosa con unos precios de los nuevos medicamentos desorbitados en España. Mato ha puesto de relieve su incompetencia. Dijo que se tratarían a todos los enfermos con los nuevos fármacos y no ha sido así», explica con indignación el doctor Martín.

En España, el nuevo tratamiento –cuya eficacia se estima en un 90%– cuesta 25.000 euros. Esta cifra supera con creces los menos de 1.000 euros que puede costar en otros países y continentes. «Hubiera sido más razonable un acuerdo de todos los países europeos con los laboratorios y farmacéuticas para mejorar las condiciones y el coste de los medicamentos», añade el presidente de la Federación.

Discriminación

Sin embargo, de momento estos fármacos sólo llegan a un número reducido de enfermos. Fuentes del sector subrayan la discriminación que ha sufrido la hepatitis C en comparación con otras patologías. Aseguran que la gestión de Ana Mato se ha caracterizado en el último año por desviar dotaciones previstas para la hepatitis a otras enfermedades, con presupuestos muy superiores.

Pero el Ministerio de Sanidad echa balones fuera al respecto. «En España, las competencias de gestión de la Sanidad corresponden a las comunidades autónomas. Por tanto, son ellas las que destinan los recursos a adquirir medicamentos, material médico, a pagar los sueldos del personal sanitario, etc», explican fuentes ministeriales a Economía Digital.

Tratamientos costosos

No obstante, la Comunidad de Madrid asegura que no existe problema presupuestario alguno en este sentido. «No se ha establecido techo de gasto para los tratamientos de la hepatitis C. Se administrarán a todos los pacientes que reciban tal prescripción por los hepatólogos», matiza. Aunque a 25.000 euros el tratamiento si se tuvieran que atender a los cerca de 500.000 infectados por el virus, se necesitaría de una cantidad importante de dinero.

De momento, el secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, avanzaba a finales del pasado año que de modo inminente se iban a tratar con los nuevos antivirales a entre 5.000 y 7.000 pacientes. Pero no es suficiente. «La gente se muere de indignación. Han habido recortes brutales en Sanidad y ahora el reparto se limita también. No hay una partida presupuestaria que recoja los costes extraordinarios que puedan surgir», señala Martín.

Los enfermos y las asociacioens denuncian la falta de transparencia y de información por parte del Gobierno. La Federación para la Defensa de la Sanidad Pública señala, además, la necesidad de crear un comité científico-técnico para tratar este tema. La solución pasa por un conocimiento científico sobre la eficacia de los nuevos tratamientos, quiénes lo necesitan, qué dotación presupuestaria requieren y hacer un seguimiento de los casos. No existen ni tan siquiera unos protocolos para los tratamientos. Debe haber una mayor transparencia y acabar con esta política insensata de recortes», concluye.

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