López Casasnovas: «Es la política la que hundió a Bankia»

El consejero del Banco de España asegura que fue De Guindos quien no creyó en la "operación de estado" que se había diseñado para salvar la entidad

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El sector financiero sigue conmocionado. Al margen de la situación de cada entidad, y después de la tormenta de los dos últimos años, las afirmaciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, en las que ha acusado esta semana al anterior Gobierno del PSOE por «forzar voluntades», y tratar de que los reguladores «miraran hacia otro lado» en la salida a Bolsa de Bankia, han provocado el enojo del propio Banco de España.

Uno de los consejeros del regulador, Guillem López-Casasnovas, considera que fue, precisamente, la actitud de De Guindos, cuando se diseñó la operación, la que impidió una salida afortunada para Bankia. Y lo afirma con rotundidad: «Es la política la que hundió a Bankia».

Una operación de «estado» sin el apoyo del PP

Ahora las cosas han cambiado. Y López-Casasnovas, que rechaza que los reguladores fueran los responsables de todo el desaguisado en el sector financiero, es comprensivo con el ministro cuando dice que Bankia era un problema para el sistema, pero lo ha dejado de ser. Sin embargo, tras la reacción del Banco de España, en la que asegura que actuó en todo momento con criterios profesionales, este economista, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra, retoma la operación inicial, y lo ha hecho este sábado en una entrevista en el programa Converses de la Cadena Cope.

Afirma López-Casasnovas que, con el Gobierno socialista, antes de las elecciones de noviembre de 2011, se trató de una operación «de estado», con «las complicidades de todas las partes, con los reguladores, y el propio banco». La operación para salvar Bankia se basó en la confianza, y «todas las estrellas confluyeron en una misma dirección, basándose en un cierto optimismo, con la idea de que Bankia era salvable».

Esa misma idea fue la que imperó, también, según este consejero del Banco de España, en procesos con otras entidades, y se logró salvar el conjunto del sistema financiero.

Pero De Guindos, según López-Casasnovas, nunca compartió esa operación, o nunca consideró que Bankia se podía salvar.

Un informe del FMI tras la victoria del PP en 2011

El sector financiero considera que el actual ministro de Economía tenía una particular visión del problema de Bankia, y es que siempre centró el problema en los supervisores, y no en los propios gestores de la entidad, en Miguel Blesa, José Luis Olivas o el propio Rodrigo Rato, su antiguo jefe en el Ministerio en la etapa de José María Aznar.

Por ello, cuando el Gobierno del PP accede al poder, en las elecciones de noviembre de 2011, y Luis de Guindos es nombrado ministro de Economía, la operación sobre Bankia comienza a desmoronarse. «Si alguien sopló sobre lo que entendía que era un castillo de naipes, el castillo de naipes se desplomó», según López-Casasnovas.

Y eso ocurrió con un informe del FMI en abril de 2012, cuando vio «vulnerabilidades» en una entidad, que no nombró, pero que el sector asumió que era Bankia. El informe entraba en los problemas en la gestión, en el balance y en el gobierno corporativo.

Los activos de la entidad cuando Bankia era vendible

Para el consejero del Banco de España, «alguien» ofreció información al FMI, y ese alguien era el Gobierno del PP. En ese momento se generó «pánico», y se diseñó otro futuro para la entidad, que ya no pasaba por venderla. Según López-Casasnovas, eso explica que de un día para otro el balance pase de ser positivo a negativo. «Una entidad en venta arrastra sus créditos fiscales, que son un activo para quien la quiera comprar, pero si se decide no venderla, ese balance se da de baja», asegura.

Por ello, insiste en que «fue la política la que hundió a Bankia», dejando claro que De Guindos no se creyó en ningún momento la operación que se había diseñado por el anterior gobierno socialista.

Todo en beneficio de los depositantes de Bankia

En todo caso, De Guindos acierta, según López-Casasnovas, cuando dice que ahora no es un problema para el sistema. «Tiene toda la lógica lo que dice De Guindos, antes era un problema y ahora no lo es, tras una inyección de dinero de los contribuyentes, no sólo españoles, sino también europeos, y es cierto que los depositantes pudieron dormir tranquilos». Porque, «se diga lo que se diga, los beneficiarios de todo lo que se había pensado no eran los Fernández Ordoñez o los reguladores, sino los depositantes», insiste el consejero del Banco de España.

López-Casasnovas considera que en España existe «un buen sistema financiero, pero un mal modelo económico». Y que el anterior gobierno central, con la excusa de ganar tiempo, «lo perdió», al esperar a los famosos «brotes verdes».

La cuestión, en todo caso, es que «no hay ningún sistema financiero en el mundo que aguante una doble recesión, y que el mejor regulador o supervisor no habría tenido éxito con una doble recesión», que es lo que ha ocurrido en España desde el inicio de la crisis.

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