Las otras batallas del 12-J: Sánchez vs Iglesias; Casado vs Feijóo

Las elecciones vascas y gallegas no solo dejarán este domingo a dos ganadores. Las repercusiones de la doble cita también tienen dimensión nacional

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País Vasco y Galicia celebran este domingo las elecciones autonómicas más extrañas de su historia. Condicionadas ambas por una pandemia de coronavirus que parecía irse de vacaciones pero que, en realidad, continúa entre nosotros y que, con toda seguridad, provocará una caída de la participación respecto a la última cita de 2016 (fue del 60,02% en las vascas y del 53,63% en las gallegas). En todo caso, las encuestas coinciden en señalar a dos claros ganadores: Íñigo Urkullu (PNV) en País Vasco y Alberto Núñez Feijóo (PP) en Galicia. Pero las consecuencias de esta doble cita electoral trascienden las fronteras autonómicas y tienen una inevitable lectura nacional.

¿Cómo va a salir Pedro Sánchez de estas elecciones? Los socialistas consideran que el presidente del Gobierno está expuesto a un desgaste muy leve a pesar de que sus siglas van a quedar muy lejos de la victoria. «No vamos a ganar, está claro, pero vamos a avanzar tanto en el País Vasco como en Galicia. En ambos sitios vamos a recuperar electorado y la explicación más importante de este avance es que estamos en el Gobierno», consideran los socialistas.

El PSE-EE en el País Vasco y del PSdeG en Galicia tienen un modesto punto de punto de partida respecto a 2016 que facilita la lectura optimista esta noche de domingo. Los socialistas vascos lograron 9 escaños de los 75 en juego en las últimas autonómicas (los mismos que el PP y dos menos que Podemos —11— ), mientras que los socialistas gallegos consiguieron 14 de los 75 del parlamento gallego (los mismos que la franquicia de Podemos, aunque con menos cantidad de votos).

La situación previsible de este domingo es que los socialistas recuperen la delantera respecto a Podemos, llamado a sufrir un severo desgaste, puesto que la izquierda surgida del 15-M va a sufrir fugas tanto en dirección al PSOE como en dirección a los soberanistas de Bildu en el País Vasco y de BNG en Galicia.

El episodio de La Plaza de esta semana analiza la doble cita electoral en País Vasco y Galicia

«Estas elecciones van a refrendar a los gobiernos autonómicos de País Vasco y de Galicia después de la crisis sanitaria del coronavirus. Ninguno de los dos ha cometido errores de bulto, así que lo normal es que la mayoría confíe en ellos», asumen los socialistas con cierta resignación.

¿La caída de la participación puede significar una oportunidad para PSE-EE y para PSdeG? «Lo dudo mucho. La caída de la participación en este contexto solo va a reforzar a los partidos de gobierno. No me parece que exista un voto a la contra ni en el País Vasco ni en Galicia», dice un dirigente socialista.

Es decir, que no habrá campanada alguna ni triunfo que exhibir, pero Pedro Sánchez podrá decir ante Pablo Iglesias que los socialistas recuperan la posición de fuerza entre la izquierda y demostrar que Podemos es un partido que pasa de mediano a pequeño, sino a muy pequeño.

Feijóo y la sombra sobre Génova

De la doble cita electoral también va a haber muchas miradas pendientes de Feijóo, llamado a convertirse en una excepción prácticamente europea con una nueva mayoría absoluta. Si es así, proyectará una gigantesca sombra sobre la sede nacional del PP y, más en concreto, sobre Pablo Casado.

Feijóo renunció a la batalla de relevar a Mariano Rajoy en el último congreso del PP, pero con un nuevo triunfo en Galicia puede volver a subirse al tren de la dirección nacional llegado el momento adecuado.

Los dirigentes que rodean a Casado, en todo caso, consideran que la victoria de Feijóo no significa ningún revés para el presidente del PP, sino al contrario, puesto que se ha implicado en la campaña gallega y no puede salir con heridas de una victoria de su propio partido.

Otra cosa es la lectura de los adversarios de otros partidos que, asumen los populares, van a estar interesados en subrayar, primero, que la presumible victoria de Feijóo se habrá basado en la conquista del centro-derecha y en insistir, segundo, en que Casado sigue obsesionado con competir con Vox.

Pero, en realidad, el mayor problema de Casado esta noche no es intentar hacer suya la previsible victoria de Feijóo, sino disimular el también previsible retroceso de PP+Cs en el País Vasco. Por ahí sí que va a perder energías.

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