Las consultoras que decantaron la fusión nunca auditaron a las cajas

KPMG, Deloitte o Pricewaterhouse realizaron análisis sobre la integración aunque evitaron emitir una valoración explícita sobre su conveniencia

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Caixa Galicia, Caixanova y la propia Xunta de Galicia encargaron a varias consultoras informes sobre la viabilidad de la fusión de las cajas gallegas. La lectura de cada uno de ellos deja claro que cada firma realizó un análisis prácticamente a medida de las demandas de quien lo había encargado. No obstante, ninguno de los documentos sobre los que se asentó la fusión de las cajas gallegas puede ser entendido como una auditoría al uso, con cifras plenamente contrastadas.

Pricewatherhouse estudió para Caixa Galicia las bondades de la fusión, reduciendo el impacto que tendría la elevada exposición al ladrillo de la caja del norte e insistiendo en sus buenos números con respecto a depósitos y créditos a clientes. El análisis en base a una revisión “realizada en el transcurso de 10 días”, se hizo con la información disponible durante la misma. “Bastante limitada en el caso de Caixanova”, admiten en sus conclusiones.

Deloitte y KPMG

Deloitte, la auditora habitual de la caja viguesa, se mostró en un inicio en contra de la fusión, aunque posteriormente, con el matrimonio ya casi firmado, participó en el denominado Proyecto Breogán, que marcaba los pasos que había de seguir la integración. El informe no consistió “en ninguna auditoría ni en ningún tipo de valoración”. A pesar de ello, aventura que en el horizonte de 2015 Novacaixagalicia tendría un resultado de explotación de 660 millones de euros y un beneficio antes de impuestos de 532 millones de euros.

Por su parte, KPMG realizó un polémico estudio, encargo de la Xunta de Galicia. No se trata de una auditoría, sino de un “análisis acelerado”, como se explicita en el propio documento que remitieron al Gobierno gallego en 2010. En él, la firma deja claro que el documento ha sido realizado “con información de la Xunta de Galicia, Caixa Galicia, Caixanova, Banco de España, INE, fuentes públicas, información de las cajas, estudios previstos y entrevistas puntuales”. Sin embargo “no ha sido el objetivo de nuestro trabajo de esta fase verificar dichas fuentes. Los datos utilizados para la preparación de este informe han sido comentados con la Dirección de las Cajas, sin manifestación formal de su parte sobre la adecuación y exactitud de los mismos”.

Proyecto Albariño

La fusión fue analizada desde todos los puntos de vista posibles. El llamado Proyecto Albariño, encargado por el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, a PWC aseguraba que la fusión podría ser “viable a futuro” y crearía una entidad “todavía más fuerte en Galicia”. El estudio, que tomaba como base las cuentas de ambas entidades en 2008, señala que los beneficios de Caixa Galicia cayeron un 43,9% en el resultado consolidado, hasta los 255 millones de euros, frente a un descenso del 3,3% en Caixanova, hasta los 186 millones.

Entre las debilidades detectadas en la caja del norte destacaba un margen de intereses por debajo de la media del sector y un nivel de morosidad que se ve influido “por el nivel elevado de activos inmobiliarios sensibles a deterioros futuros”, su exposición al ladrillo.

PWC y las fortalezas de Caixa Galicia

No obstante, el análisis también destacaba la salud de Caixa Galicia y aseguraba que su porcentaje de crédito a clientes financiado por los depósitos de los propios usuarios creció en casi ocho puntos en un año, debido a la alta captación de depósitos en 2008. Los ratios de morosidad de Caixa Galicia “siempre fueron más bajos” que los de la caja del sur hasta 2007, según PWC, que añade que «la evolución del crédito a la clientela siempre fue más alta».

La caja resultante, según la versión de los auditores habituales de Caixa Galicia era deseada por la mayoría de los clientes, «de forma especial en Vigo».

El cambio de postura de Deloitte

No obstante, mientras en A Coruña siempre defendieron la fusión con Caixanova, los de Fernández Gayoso fueron reacios a ella hasta el final, como el mismo ratificó en su comparecencia en comisión parlamentaria. Los informes de la entidad apoyaban su negativa.

Deloitte, por otro lado la consultora de cabecera de Caixanova, dictaminó que la fusión entre las cajas gallegas daría lugar a un grupo con demasiados solapamientos de red comercial, además de un elevado riesgo territorial y escasas sinergias. No obstante, cuando la fusión ya era casi una realidad, participó con Price en el denominado Proyecto Breogán, un informe que marcaba los pasos para la integración.

Referente del comercio minorista

Numerosas voces criticaron el “cambio de postura de Deloitte” aunque en el documento anexo al informe, ambas compañías dejan claro que su trabajo no consiste en “ninguna auditoría ni ningún tipo de valoración”. Tampoco se hizo ninguna “revisión del contenido o idoneidad de la justificación económica de la fusión y el programa estratégico de la entidad resultante”.

El Proyecto Breogán repasaba los objetivos a los que había de llegar la caja única gallega. Una de las “premisas” era ser “la entidad financiera en Galicia y referente en España, con especial énfasis en el comercio minorista”.

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