La Xunta abraza las tesis de la patronal eólica y se planta ante Soria

Comienza una negociación con el Gobierno central para frenar la reforma energética impulsada por Industria

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La paralización del concurso eólico, uno de los proyectos estrella del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo cuando llegó a la Xunta, y el progresivo declive del sector eólico gallego, lastrado por los cambios normativos introducidos por el Ministerio de Industria para combatir el déficit de tarifa y por el propio fracaso del concurso, han provocado la reacción del Gobierno gallego.

La Consellería de Industria ha anunciado que comenzará las negociaciones con el Ejecutivo Central para intentar poner freno a la reforma eléctrica o, cuando menos, matizarla lo suficiente como para apaciguar la rebelión de las eólicas y rescatar su castigado balance de resultados.

Entre los puntos a tratar en las conversaciones está la eliminación de las primas a las renovables. La Xunta pide “desarrollar un marco retributivo consensuado que impulse a las tecnologías renovables más eficientes”. Eso solicitará a través de la Comisión Bilateral solicitada al Gobierno central, un mecanismo para la negociación entre las dos administraciones, que empleará el Gobierno gallego para criticar y pedir modificaciones a la reforma energética. Aunque oficialmente se buscará el «diálogo» y el «consenso», fuentes de la Consellería de Industria aseguran que se mantendrá una postura beligerante con el objetivo de aliviar el impacto de la reforma en el sector eólico gallego.

Las tesis de la patronal eólica

Curiosamente, los argumentos del Gobierno gallego contra la reforma energética coinciden casi literalmente con las demandas de la Asociación Eólica de Galicia (EGA), que advirtió del frenazo en el concurso eólico –que, de hecho, sigue prácticamente paralizado–. Decía la patronal eólica en abril de este año que el Real Decreto Ley 2/2013 –que eliminó la posibilidad de la eólicas de acudir al precio de mercado de la electricidad beneficiándose de una compensación– tenía vicios de inconstitucionalidad, ya que, al igual que la eliminación de las primas a las renovables, cambiaba el marco normativo con el que fueron levantados los parques. De esta manera, las previsiones de ingresos y de rentabilidad de las instalaciones quedaron totalmente distorsionadas, con el riesgo para los promotores de no cubrir la inversión inicial tras contraer imporantes deudas por la financiación bancaria.

La Xunta hace suya esta argumentación: “El Goberno gallego considera que la nueva norma, al eliminar las primas renovables introduciendo el concepto de retribución específica, penaliza la producción eléctrica mediante renovables y configura un marco normativo que difiere substancialmente del que había hasta el momento”, explica en un comunicado. “Ls promotores de algunos parques eólicos en Galicia ya alcanzaron dicha rentabilidad, lo que significaría que tendrían que afrontar pagos en los últimos ejercicios de la vida útil de las instalaciones, posibilidad que la Xunta de Galicia no considera procedente”, añade.

Cambio de actitud

Es un paso más en el cambio de actitud en San Caetano respecto a las reivindicaciones que durante más de un año viene pronunciando EGA.

El primer síntoma fue la predisposición a reformar el concurso que trajo bajo el brazo Núñez Feijóo a su llegada a la Xunta y que presentó el entonces conselleiro Javier Guerra tras anular el reparto del bipartito, cuestión que todavía tiene recorrido en los tribunales. Posteriormente, Feijóo anunció una bonificación del 92% en las autorizaciones para la instalación de las plantas de energía renovable, rebajando el tipo a aplicar del 4% al 0,3%. De esta manera, el presidente de la Xunta alivia la carga del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales que se aplica a los parques. Y finalmente, este martes, la Xunta manifestó su rechazo a la reforma energética.

“La Xunta comparte con el Gobierno central la necesidad de paliar el déficit de tarifa, si bien considera que este objetivo debe ir en paralelo a la defensa de los intereses de Galicia, de sus consumidores y de sus empresas”, explica.

¿Llega a tiempo?

A la espera de la marcha de las conversaciones entre Gobierno central y Xunta, la patronal eólica, que ha mantenido contactos periódicos con San Caetano durante los últimos meses, aplaude la renovada actitud de la Administración.

Con todo, no ocultan el negativo escenario que atraviesa el sector, que no hace tanto estaba entre los más pujantes de la economía gallega. En Galicia hay instalados 3.289 megavatios eólicos y quedan por instalar 3.600 más. Desde 2010, se instalaron solamente 86,2 megavatios, según los datos de la patronal. El parón ha mermado la posición de la comunidad en el Estado en cuanto a potencia instalada. Ha pasado del segundo al tercer puesto, superada por Castilla y León y Castilla-La Mancha. Pero incluso la medalla de bronce está en peligro por la pujanza del viento andaluz.

Ante esta situación, propiciada por el aumento de la presión fiscal y la reducción de incentivos a la energía verde, EGA lleva tiempo pidiendo a la Xunta que olvide el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales aplicado a los parques y que se enfrente a Soria. Parece que las respuestas del Gobierno gallego están en marcha.

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