La financiación del Corredor del Mediterráneo, en el aire por Madrid

La Comunitat Valenciana y Catalunya presionan en Bruselas a la espera de que el Gobierno español ejecute las obras pendientes

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El Corredor Mediterráneo y el Corredor Central son compatibles… con matices. El secretario general del lobby empresarial europeo Ferrmed, Joan Amorós, alertó el martes que la financiación del Corredor del Mediterráneo está en el aire por Madrid. Si el Gobierno español prioriza las obras del eje de mercancías que pasa por Irún, Aragón y Madrid, la Unión Europea podría descartar la financiación del corredor ferroviario mediterráneo, lo que supondría un golpe mortal al proyecto.

Para evitarlo, Ferrmed ha organizado este miércoles una conferencia de alto nivel en Bruselas para exigir que se prioricen las obras del Corredor Mediterráneo y lograr así que la UE incluya este proyecto clave dentro de la red central transeuropea y, por tanto, financie alrededor del 15% de su coste global. La batalla que se ha librado en Bruselas era de extrema importancia.

Conscientes de la necesidad capital de contar con el visto bueno y la financiación de la UE y de la fuerte competencia que supone el Corredor Central, los presidentes de Catalunya, Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia y los representantes del lobby empresarial han hecho piña en defensa del Corredor Mediterráneo en pleno cogollo de la UE. El objetivo: conseguir que el proyecto figure el próximo 19 de octubre en el borrador de la gran red ferroviaria europea que presentará la Comisión.

La argumentación a favor del Corredor Mediterráneo es contundente. Con el eje en marcha, se ahorrarían 66.500 millones de euros en el periodo 2016-2045 al trasladar el tráfico de mercancías de la carretera al ferrocarril y por la reducción de los tiempos. Del mismo modo, se vertebraría una zona que supone el 40% del PIB español y, lo que es más importante, se conectarían los tres grandes puertos mediterráneos (Barcelona, Valencia y Algeciras), que pasarían a ser la gran puerta del sur de Europa para la entrada de mercancías, sobre todo, de origen asiático.

Las obras, antes de 2030

La importancia del Corredor Mediterráneo ha logrado, incluso, que los gobiernos autonómicos de Catalunya y la Comunidad Valenciana dejen atrás sus habituales desencuentros y trabajen codo con codo por la causa común. Sin embargo, la decisión final depende de que el Gobierno español se comprometa por escrito a finalizar las obras pendientes en el Corredor Mediterráneo antes del año 2030 ya que, de lo contrario, la UE cerrará el grifo de la financiación.

En este punto, la competencia del Corredor Central brota con fuerza, ya que tanto PSOE como PP tienen un verdadero conflicto interno entre defensores de priorizar una u otra opción. Los socialistas, a través del ministro de Fomento, José Blanco, y los populares llevan varias semanas intensificando su mensaje de que el Corredor Mediterráneo y el Corredor Central son compatibles y, por tanto, apoyar un proyecto no significa oponerse al otro. Sin embargo, el discurso poco a poco hace aguas.

A pesar de que intentan evitarlo, los políticos de Madrid se tienen que mojar.

La disciplina de voto se rompe en el PP

Mientras los populares Alberto Fabra, Ramón Luis Valcárcel y José Ramón Bauzà, presidentes de la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares, respectivamente, apoyan el Corredor Mediterráneo sin fisuras, otros dirigentes conservadores claman por el Corredor Central.

De hecho, este miércoles dos diputados del PP de Aragón -región que se beneficiaría del Corredor Central y que no se incluye en el Eje Mediterráneo- rompieron la disciplina de voto en el Congreso y se postularon en contra de una moción conjunta de CiU y PSOE que reclamaba priorizar el ferrocarril mediterráneo. El partido optó por respaldar a los socialistas y la federación nacionalista, si bien sus diputados Santiago Lanzuela (Teruel) y Ángel Pintado (Huesca) rechazaron la propuesta y demostraron que no hay tanta unidad en el seno de los grandes partidos como se pretende aparentar.

Escenario complicado

Los retrasos del Gobierno español, la necesidad de impulsar también el Corredor Central -reconocida hasta por Ferrmed y las regiones mediterráneas- y las luchas en clave autonómica con los comicios del 20-N como telón de fondo son el difícil escenario del Corredor Mediterráneo en su carrera por entrar en la lista de infraestructuras de la Comisión Europea.

Amorós (Ferrmed) cree seguro que el nombre del eje mediterráneo figurará en la lista del próximo 19 de octubre, si bien teme con qué trazado: el Corredor podría no llegar a Murcia y Alicante e, incluso, no pasar de Catalunya. “Estamos luchando para que eso no suceda; ahora, toca que el Gobierno español haga su trabajo para convencer a la UE. Es lo único que falta”. 

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