La discusión en el Govern inclina a Puigdemont a convocar elecciones

Puigdemont valora convocar elecciones, después de un debate en el Govern, pero quiere acercar posiciones con el Gobierno en el Senado

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Carles Puigdemont quiere tomar decisiones, que pueden ser trascendentales, después de analizar todos los ángulos posibles. Y este martes, en la reunión del consejo ejecutivo comprobó que no hay unanimidad, que la división existe, y que algunos consejeros rechazan por completo impulsar una declaración de independencia que podría ser fatal para la propia continuidad del autogobierno catalán. Ante eso, y pese al enojo de la CUP –es algo que se tenía previsto– Puigdemont se inclina por convocar elecciones, sin una declaración que le deje a los pies de los caballos y a merced de la aplicación del artículo 155.

Puigdemont comprobó que consejeros del Pdecat, pero también de ERC, ponen muchas pegas a apretar el acelerador. Desde Santi Vila, el titular de Empresa, que se ha planteado, y no descarta la dimisión, aunque por ahora desmiente que lo haya verbalizado con el presidente –este medio sostiene que Vila juega con esa idea– hasta Carles Mundó, consejero de Justicia, de ERC, que advierte de que las consecuencias judiciales para todos pueden ser demasiado lesivas.

El presidente Puigdemont, sin embargo, está pendiente del Senado. Quiere hacerse escuchar, y de la opción que tome se podrá vislumbrar si acaba convocando elecciones. La Mesa del Senado, que preside Pío García-Escudero, le ofrece a Puigdemont dos posibilidades, o el jueves por la tarde o el viernes por la mañana. En este último caso, Puigdemont podría tener un cara a cara con miembros del Gobierno, incluso con Mariano Rajoy.

El problema ahora es que para el Gobierno no es sufiente convocar para suspender el 155

Pero Puigdemont quiere estar en el pleno del Parlament, que se iniciará el jueves. La idea, según las fuentes consultadas, es buscar una aproximación con el Ejecutivo español en el Senado, para trasladar un posible acuerdo el viernes en el Parlament, que podría pasar por la convocatoria de elecciones, aunque no de forma inmediata. Y es que si se convocaran ahora los comicios, con el calendario en la mano, las elecciones serían en Navidad. ¿Está en su mano jugar algo con el tiempo para convocarlas algo más tarde?

Eso es lo que ya no tiene claro Puigdemont. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, aseguró que el 155 no se dejara de aplicar aunque se convoquen elecciones, y que será necesario “algo más”. Ese algo más implica que Puigdemont constate en el Parlament que no hay ninguna declaración de independencia sobre la mesa, que no se hará, y que las elecciones serán autonómicas. Pero esa cuestión podría provocar un bloqueo del 155, porque la interpretación del PSOE es que si se convocan elecciones, el 155 debería quedar en suspenso. 

El presidente de la Generalitat podría llegar a esa misma conclusión, –la de convocar, sin formular ninguna declaración– pero necesita que en el Senado se entienda que existe un problema político, que no se puede dirimir sólo el conflicto desde la óptica judicial, y que el PP debe poder dialogar sobre cómo se puede solucionar ese “problema político”.

Montilla pide elecciones y le dice a Puigdemont que convocar «no es rendirse»

En la línea de buscar consensos, de empujar a Puigdemont hacia la convocatoria electoral, se sumó el expresidente José Montilla, quien, desde el Parlament –donde dio cuenta junto al resto de senadores catalanes, de su posición frente al 155– aseguró que “convocar eleccioones no es ninguna rendición”.

Montilla, que no dijo el sentido de su voto, sí recalcó que no quiere ni la declaración de independencia ni el 155.

En esa línea está Artur Mas y la dirección del Pdecat, que siguen presionando a Puigdemont para que asuma que lo que está en juego ahora no es la independencia, sino el autogobierno, la Generalitat, justo cuando se cumple el 40 aniversario del retorno de Josep Tarradellas, que recuperó la institución antes de que se aprobara la Constitución.

La prueba de todos esos movimientos fue la reacción de la CUP, que mostró su indignación. El diputado de la formación anticapitalista, Carles Riera, afirmó que les constaba que “la convocatoria electoral está sobre la mesa del Govern”, y que esa posibilidad sería “un acto de sumisión, de vasallaje, porque nos tratan como una colonia, y las elecciones sería la herramienta más demoledora para parar el proceso de independencia”.

Ahora todo está pendiente de cuándo viaja Puigdemont a Madrid, con una sesión en el Senado que podrá ser decisiva. 

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