Independentismo sin gobierno, sin líderes y sin rumbo

La detención de Carles Puigdemont combinada con el fracaso de la investidura deja al independentismo sin plan de acción política

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No queda rastro de aquello que se dio a conocer como el «estado mayor del procés«. Así se bautizó al aparato político que condujo las maniobras del movimiento soberanista desde que Carles Puigdemont anunció la celebración de un «referéndum o referéndum» (28 de septiembre de 2016) hasta la declaración unilateral de independencia (27 de octubre de 2017).

Los primeros en caer de aquel «estado mayor» fueron los líderes de los brazos civiles del independentismo, convertidos durante el gobierno de Puigdemont en visitantes más que habituales del Palau de la Generalitat a pesar de no tener ningún cargo en la administración catalana.

El estado mayor del procés ha caído en cinco meses

La juez Carmen Lamela ordenó encarcelar a Jordi Sànchez (entonces presidente de la ANC) y a Jordi Cuixart (Òmnium) el pasado 16 de octubre por su papel en las protestas callejeras del soberanismo. Cinco meses después de aquellos primeros ingresos en prisión, no hay ni un sólo rostro destacado de aquel «estado mayor» al mando del movimiento independentista. 

Con la detención de Puigdemont este domingo en Alemania (fue arrestado en una estación de servicio de la autopista A7, a la altura del municipio de Schuby, poco después de entrar en territorio alemán por Dinamarca), el independentismo ha quedado descabezado. Ha perdido al último líder que alentó la vía unilateral de independencia.

La ofensiva judicial y el fin de la huida

«¿Quién manda ahora?», se preguntan los propios soberanistas, huérfanos de liderazgo tras los golpes judiciales de las últimas 72 horas. El viernes, el juez Pablo Llarena comunicó el auto de procesamiento a 25 investigados del procés (13 de ellos por delito de rebelión).

Poco antes de comunicar este auto, trascendió la huida de Marta Rovira a Suiza. La consecuencia fue que Llarena apreció riesgo de fuga por parte de los procesados y envió a la cárcel a Jordi Turull, Josep Rull, Carme Forcadell, Raül Romeva y Dolors Bassa

Los líderes soberanistas que se perfilan tienen entre 35 y 42 años

Las detenciones, huidas y encarcelamientos combinadas con la incapacidad política del bloque soberanista (Junts per Catalunya, ERC y CUP) para pactar una investidura y un pacto de gobierno han desnudado a un movimiento soberanista que, hoy por hoy, no tiene ni hoja de ruta ni líder al que encomendarse.

Los partidos soberanistas, en particular el Pdecat, comenzó a conjurarse este fin de semana para intentar un cambio de rumbo. El problema es que sólo tiene dos meses para escoger a un presidente de la Generalitat y para sellar un pacto de gobierno si no quiere conducirse a unas elecciones cuyos carteles electorales son muy difíciles de imaginar.

Sea como fuere, dos figuras tendrán un creciente protagonismo: Marta Pascal (Vic, 1983), del Pdecat; y Pere Aragonés (Pineda de Mar, 1982). Ellos, junto a fieles a Puigdemont como Elsa Artadi (Barcelona, 1976) están llamados a liderar un soberanismo más realista que mágico.

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