Grecia vuelve a las urnas: las cinco claves de unos comicios a los que mira Europa

Los griegos eligen este domingo a su Parlamento tras la firma del último acuerdo con los acreedores y la caída de popularidad de Syriza y del primer ministro, Alexis Tsipras

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«En su sentido más amplio, la crisis griega versará sobre el futuro de Europa en el mundo». Esta frase escrita por los politólogos Pol Morillas y Eduard Soler apenas tres días después de la firma del último acuerdo entre Grecia y sus acreedores sigue vigente. La situación del país heleno, tan cercano en diversos aspectos a estados como Italia o la propia España, continua siendo de vital importancia para entender el modo en que el continente encuentra la salida a la peor recesión económica de la región desde la II Guerra Mundial.

A partir de las valoraciones del Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB), al que pertenecen Morillas y Soler, junto con las opiniones de otros analistas internacionales, respondemos a las cinco preguntas clave sobre las elecciones al Parlamento griego que se celebran este domingo.

¿Por qué los griegos vuelven a las urnas?

El acuerdo al que llegó Grecia con sus acreedores internacionales el 13 de Julio no fue, como era de esperar, el episodio definitivo de esta crisis. La oposición interna en Syriza al plan firmado por Alexis Tsipras provocó la escisión de su ala más izquierdista y la salida de 25 diputados de la coalición. Fruto de este terremoto surgió Unidad Popular, un nuevo partido que ya se presenta a estos comicios.

La decisión del primer ministro heleno de llamar a las urnas siete meses después de las últimas generales (celebradas en Enero) responde, por tanto, a una cuestión numérica. El Gobierno necesita una mayoría amplia para aprobar las reformas que exige la nueva troika.

Sin embargo, si se amplia el foco, las causas de este adelanto electoral se encuentran en las negociaciones previas a la firma del último rescate. Tal y como explican desde el CIDOB, este proceso se convirtió en un pulso sobre qué camino debía tomar Grecia para seguir dentro de la UE (cambiar el equilibrio de fuerzas europeo y romper con la austeridad o pedir más condiciones a los helenos para desembolsar el nuevo paquete de ayudas). La victoria de Bruselas ha hecho casi inevitables estos comicios.

¿Qué dicen las encuestas?

Los sondeos han dado un giro en las últimas semanas, al mismo tiempo que Syriza iba perdiendo, de un modo progresivo, apoyo entre sus bases. La coalición de gobierno se mantuvo como la opción preferida de los griegos durante meses, pero la firma del nuevo memorándum «ha desmovilizado a su electorado», comenta Morillas. 

Las últimas encuestas dan prácticamente un empate entre el partido de Tsipras y los conservadores de Nueva Democracia (ND). Ambas formaciones se moverían en una horquilla de entre el 25 y el 30% de los votos. Tras ellos, aunque a gran distancia, se situarían un grupo de partidos que resultarán claves para formar gobierno, en el siguiente orden: los neonazis de Amanecer Dorado (en torno al 8%), el comunista KKE (7%), el moderado To Potami (6%), la escisión de izquierdas Unidad Popular y los socialdemócratas del PASOK –estos dos últimos con una estimación del 5%.

A pesar de las cifras, diversos analistas recuerdan cómo la mayoría de predicciones fallaron en el referéndum de julio, al pronosticar un resultado muy reñido.

¿Sobre qué temas ha girado la campaña?

«Tsipras ha planteado una campaña en la que el principal mensaje es que es posible cambiar la UE, pero permaneciendo en ella», apuntan los expertos del CIDOB. Y resaltan el esfuerzo del líder griego para aparecer como un ‘hombre de estado’ capaz de «dialogar con quienes le han dado y le van a dar dinero».

Desde el otro lado ha emergido la figura de Vangelis Meimarakis, candidato de ND. A pesar de su apariencia anodina (opuesta al carismático Tsipras), este abogado de 62 años ha conseguido recuperar parte del electorado del principal partido de la derecha griega, muy castigado en las elecciones de enero y en la votación de julio para decidir sobre el acuerdo con los acreedores –su anterior líder, Antonis Samaras, dimitió horas después de conocerse el resultado.

Como es normal, la situación interna de Grecia ha estado muy presente durante la campaña y, en especial, la posibilidad de que las medidas del próximo ejecutivo se traduzcan en una apuesta real por el crecimiento y de lucha contra la crisis social y humanitaria que vive el país. También ha ocupado un lugar destacable el drama de los refugiados que en las últimas semanas no dejan de llegar a las costas helenas (Syriza argumenta que el país no puede hacer frente sin ayuda exterior a este fenómeno).

¿Qué ocurrirá después de este domingo?

Las incógnitas sobre los resultados de este domingo son muchas. El alto porcentaje de indecisos (varios estudios lo situan en el 10% del electorado) y el posible efecto de una alta abstención (que perjudicaría gravemente a Syriza) hacen difíciles las previsiones.

Diversos analistas apuntan a un posible pacto entre el actual partido en el Gobierno y el PASOK, en una alianza en la que podrían participar los centristas de To Potami. La opción de una coalición entre estos dos últimos partidos y Nueva Democracia sólo sería posible si los conservadores son el partido más votado, ya que el ganador de los comicios obtiene un extra de 50 representantes en la cámara baja.

Morillas descarta la posibilidad de un gobierno de concentración entre Syriza y ND, una opción que ya ha desestimado el actual primer ministro, y que «volvería en contra de Tsipras a buena parte de su electorado», en opinión de este politólogo.

De cara al número de escaños que finalmente consiga cada partido hay que tener en cuenta que la mayoría absoluta está en 151 asientos (en un Parlamento de 300).

¿Qué implicaciones tienen los comicios para España?

La lectura en clave española de estos comicios también es muy diferente a la que existía antes de las citas de enero y julio. Si entonces los paralelismos entre Syriza y Podemos eran continuados y fomentados por el propio partido de Pablo Iglesias, ahora el escenario ha cambiado. La división en el seno de la coalición griega ha provocado un relativo distanciamiento desde la formación española –algo que no ha evitado que Iglesias participase este mismo viernes en el mitin de cierre de campaña de la agrupación griega.

Desde el Partido Popular también se ha tratado de evitar, a diferencia de en otras ocasiones, esta comparación. El actual partido en la Moncloa no quiere generar un efecto contrario al esperado y a que, en caso de victoria de Tsipras, «se perciba a estos movimientos como una alternativa real» a las siglas tradicionales del sur de Europa, explican desde el CIDOB.

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