Galicia entra en ‘shock’

España se adelanta a Italia en las medidas de prevención del coronavirus, y Galicia a Madrid; la incógnita reside en saber si serán suficientes

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Galicia contabilizaba a última hora de este jueves 64 casos de infección por coronavirus: 36 positivos confirmados y otros 28 pendientes de las pruebas del laboratorio de Majadahonda. En España, el número de casos positivos con Covid-19 asciende a 3.051, el más alto de Europa solo por detrás de Italia. Un total de 84 afectados han muerto en España. Ninguno en la comunidad gallega. Sin embargo, Galicia ha entrado en shock.

Este jueves los síntomas se han adelantado, y no solamente a través de ese termómetro que es la bolsa, con la mayor caída en su historia en un día, un 14% en un jueves negro. En tres semanas el Ibex-35 ha retrocedido más del 36%. España, y también Galicia, sufre mucho antes las consecuencias de la propagación del virus que su afectación real a la población. Estanterías y lineales de los principales supermercados semivacíos, con el papel higiénico convertido súbitamente en producto solo al alcance de unos pocos, dicen a las claras que el estado de psicosis ha llegado para quedarse, entre una maraña de recomendaciones y mensajes que conviene filtrar.

De los lineales a los productores

Un ejecutivo de una de las grandes compañías agroalimentarias gallegas era explícito estos días, al enmendar la plana al mismísmo Juan Roig, presidente de Mercadona. «¿Quién es él para hablar de que se garantiza el suministro de alimentos? Si es un distribuidor; somos los productores quienes de verdad podemos comprometernos en que no faltarán bienes en los supermercados», resoplaba al explicar su posición. Sin embargo, de nada sirven las advertencias. Miles de gallegos han acudido al híper en previsión de un confinamiento, voluntario y recomendado, al que resulta imposible poner fecha para su final en estos momentos.

Unas elecciones también sin fecha

A estas alturas, pensar en que realmente se celebrará la convocatoria electoral prevista para el 5 de abril, y a una semana del comienzo de la campaña, resulta de una candidez pueril. El último en tirar la toalla ha sido el candidato socialista, Gonzalo Caballero, después de escuchar a todas las formaciones, desde el PP hasta el BNG, pasando por Galicia en Común o Ciudadanos, decir que estaban a lo que dijeran las autoridades sanitarias. Íñigo Urkullu y Núñez Feijóo, en esto de aplazar las elecciones, también van de la mano. En breve se despejará la ecuación.

Juicios aplazados, colegios y universidades sin alumnos, limitaciones a 500 personas para los actos en lugares cerrados y a mil los que sean al aire libre, eventos deportivos cancelados, agendas políticas en el cajón… Así se ha acostado Galicia este jueves, en un tsunami preventivo como mejor antídoto casero ante el coronavirus, sin vacuna conocida y con un nivel de propagación inédito.

¿Será suficiente?

España se adelanta a Italia en las medidas de prevención del coronavirus, tanto temporales como económicas y materiales. Galicia también se anticipa a Madrid, convertida en testigo de reclusión y éxodo. La incógnita reside en saber si todas esas cautelas y decisiones serán suficientes para contener un contagio que por ahora  habita sobre todo en el miedo.

Cuando compañías como Inditex, primera multinacional de la moda y empresa española de mayor valor en bolsa, toma la decisión de conminar a su plantilla al teletrabajo desde sus domicilios, lo que realmente pone en práctica es una gran medida de prevención de contagios reales, para un grupo que solo en Arteixo cuenta con unos 4.000 trabajadores. Pero, ¿y PSA-Citroën? Desde casa no se pueden fabricar coches.

El dinero no lo arregla todo

Francia ha llamado a sus «reservistas» a filas: médicos jubilados y estudiantes de Medicina reforzarán su sistema sanitario, en un intento por atajar el problema en su génesis, en la zona cero. Sin embargo, cuando la sanidad española y gallega están siendo puestas a prueba como nunca antes se había visto, desde algunos ámbitos se mira en exlusiva el bolsillo. Es el caso de las patronales, como la de A Coruña. Reducción del Impuesto de Sociedades, aplazamiento del pago del IVA, de las de retenciones de Hacienda, rebajas en el sistema de módulos y deducciones en el IRPF han sido las primeras medidas que han solicitado los empresarios, sin ser del todo conscientes de que esta crisis no se arregla solo con dinero. Es una emergencia sanitaria.

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp