Feijóo tacha de “peronismo” el soberanismo de Mas

El presidente gallego reinvidica la España moderna que nace en 1978 y que se construyó “entre todos los españoles”

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El Gobierno del PP ha decidido cambiar su estrategia. Si el problema catalán se mantiene, si la movilización sigue siendo importante, entonces no se puede ignorar por más tiempo. Y el presidente Mariano Rajoy ha iniciado una ofensiva para contrarrestar el proyecto soberanista de Artur Mas, con datos sobre la mesa, con la defensa de todo lo que se ha construido en las últimas décadas.

Pero en esa ofensiva existen claras diferencias. Si la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal es la encargada de encender las pasiones de la militancia más reacia a las reivindicaciones nacionalistas catalanas, el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo busca encontrar puntos comunes desde una posición más centrada.

Mantenerse en el poder

Y es lo que ha hecho en la convención política del PP de este viernes, aunque con la clara voluntad también de desnudar lo que, a su juicio, está significando el movimiento soberanista catalán, concentrado en la reclamación de la consulta del 9 de noviembre de este año. Feijóo ha tachado, así, de “peronista” ese movimiento, que tendría como objetivo “el mantener el poder en los próximos años por parte del nacionalismo catalán que representan ahora CiU y ERC”.

Ese “peronismo” está formado, según Feijóo, por movimientos ideológicos distintos, pero que tienen en común la voluntad de “alejarse de la realidad” con la supuesta meta de la independencia.

No más gasolina

Feijóo, que ha sido presentado por el empresario Amancio López, de Hotusa, ha reivindicado una gestión prudente del proyecto soberanista, con la idea de que cuando hay un incendio “no se le puede echar más gasolina”. Y la fórmula escogida por el presidente gallego es la de comparar y medir la gestión de los responsables políticos en cada comunidad autónoma.

Para Feijóo el primer mandato de Artur Mas, entre finales de 2010 y 2012, fue bueno, y demostró que el presidente catalán quiso gestionar la crisis económica, con valentía. “Después, superado por las dificultades, optó por otro camino, una fórmula que equivale a matar moscas a cañonazos”, en referencia a las elecciones anticipadas y a la apuesta por el derecho a decidir.

Bajo ese prisma, el presidente gallego ha recordado la deuda pública de la Generalitat, las dificultades para pagar a proveedores, las ayudas para financiar esa deuda, y las ha comparado con unas magnitudes mucho menores en el caso de Galicia. La idea, por tanto, es que los políticos catalanes son los responsables de un movimiento alimentado para esconder las carencias de gestión ante una grave crisis económica.

El 70% de los catalanes

Esa es una lectura. Hay otras, claro. El PP ha optado por mostrar lo que España hace por Catalunya, lo que hace, en realidad, según Feijóo, “por todos los españoles, como es lógico, lo que hace por tota la nación”. Y los distintos dirigentes del PP, aunque cada uno de ello con sus matices y respondiendo a intereses diferentes en función de sus responsabilidades, seguirán esa línea.

Sin embargo, el PP no ha entrado todavía en las causas de ese movimiento. Mas insiste en ello, y en los últimos días ha recordado que “el 70% de la población catalana quiere una consulta para decidir su futuro”. Pero en ese terreno, por ahora, el PP no quiere entrar.

La vida de Brian

Feijóo ha insistido en que para él España no es el pasado, no defiende el conjunto del país por su historia, sino por el presente y el futuro que puede tener. “Mi España es la España que nace en 1978”, ha asegurado. Y se ha referido a la película La Vida de Brian para trazar una analogía, aunque con un cambio evidente. “Cuando se pregunta en la película qué han hecho, en realidad, los romanos por nosotros, se enumeran muchas cosas, y ahora deberíamos preguntarnos qué ha hecho España, pero no por Catalunya, sino qué hemos hecho los españoles por nosotros mismos”.

Esa idea de construcción conjunta orilla, por ahora, los supuestos agravios con mayor o menor fundamento que esgrimen los nacionalistas catalanes.

El látigo de Cospedal

Más dura ha sido Cospedal, en una intervención anterior en la misma convención política del PP en Barcelona. La secretaria general del PP ha buscado el cuerpo a cuerpo, sabedora de que la militancia del PP quiere también que se ofrezca una imagen de batalla política. En realidad, Cospedal ha querido hablar de Catalunya para los suyos, mientras que Feijóo ha tratado de encontrar a los catalanes que buscan otro camino.

“Quien diga que hay que separar España a machetazos es que no sabe nada ni de España ni de Cataluña”, ha asegurado. La dirigente del PP ha afirmado que una Catalunya independiente “nacería en quiebra”, porque no podría pagar su deuda, y ha recordado que la comunidad ha recibido 32.000 millones del Estado, a través del Fondo de Liquidez Autonómica y del plan de proveedores en el último año y medio.

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