Feijóo pone a Pemex y Banesco como aval de su gestión

En un discurso que persiguió la emotividad, el presidente de la Xunta afirmó que la llegada de inversores extranjeros a Galicia es el primer paso hacia la recuperación económica

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Con la toma de control de Novagalicia por parte de Banesco y el aplazamiento en la resolución del concurso de Pemex al que aspira Navantia todavía coleando, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, celebró en su mensaje de Fin de Año la llegada de inversores extranjero a Galicia. Dos de las grandes operaciones de este 2013, la entrada de la petrolera mexicana en el accionariado de Barreras y la privatización de NCG, con el mayor banco privado de Venezuela y propietario del Etcheverría a los mandos, miden sus actuaciones tanto en la fusión de las cajas y posterior proceso de venta de NCG como en sus gestiones para aliviar el maltrecho sector naval.

Feijóo situó ambos acontecimientos en el camino de Galicia hacia la recuperación económica. La confianza de inversores extranjeros, dijo, es una prueba de que la comunidad es percibida en el exterior como “responsable y fiable”. “La llegada de inversores a los sectores más diversos es una muestra de que emprendedores y multinacionales importantes quieren iniciar un periplo con nosotros. Confían en nuestra capacidad, en nuestra calidad humana y profesional”, sentenció Feijóo desde el Centro de Transfusión de Galicia, el lugar escogido para un mensaje de Año Nuevo en el que ahondó en el mito de Angrois y el espíritu solidario que emergió tras el trágico accidente de tren.

Signos indudables de recuperación

Acostumbrado a los datos y a la estadística, el presidente de la Xunta ha ido moldeando sus discursos hacia terrenos más emotivos en ocasiones señaladas. Lo hizo el 25 de julio pasado, el día después del descarrilamiento del Alvia, y lo viene haciendo en sus mensajes de Año Nuevo. En esta ocasión, peregrinó por toda una iconografía de la identidad gallega en la que estuvo presente la solidaridad de Angrois, pero también la vejez o la emigración: “Ciertamente, no creo que sea casual que buena parte de los capitales proceda de naciones donde nuestra gente sembró un prestigio que pocos otros pueblos tienen. Saben cómo somos y creen en nosotros y en nuestras capacidades”, apuntó en referencia a los inversores de México y Venezuela.

La imagen de la familia que ahorra en tiempos de crisis fue otra de las metáforas elegidas por el presidente de la Xunta para explicar su gestión, a la que añadió los mismos síntomas de optimismo que exhibe el Gobierno gallego desde que presentó los presupuestos de 2014 a finales de año. “Negar ahora que se percibe un nuevo horizonte, es abonarse a un pesimismo que en nada ayuda a reiniciar la senda del crecimiento. Europa, España y Galicia están saliendo poco a poco de su convalecencia. Hay que decirlo con tanta prudencia como convicción”, concluyó Feijóo.

Formas de ser Galicia

Las otras comunidades históricas, País Vasco y, sobre todo, Catalunya –por el proceso soberanista impulsado por Artur Mas– permanecen como obsesión en el presidente de la Xunta. Se refirió a la Generalitat en los debates previos a los últimos comicios, alude a Catalunya con frecuencia en las escaramuzas parlamentarias y volvió a hacerlo de manera clara en su discurso de Fin de Año. El presidente de la Xunta quiere distanciarse todo lo que pueda del proceso catalán, sabiendo que AGE ha crecido en votos y que el BNG ha asumido con fuerza el discurso soberanista.

Edulcorando el relato, no se refirió a Galicia como nación –sí lo hace cuando se refiere a España–, sino como “idea común” o como “pueblo”. “Crear frustración no es el objetivo de la política democrática. Generar identidades excluyentes, conduce a enfrentamientos que pueden tardar en cicatrizar. Frente a ese modelo convulso, los gallegos seguimos otro tranquilo”, manifestó.

“Nuestra identidad es tan fuerte como cualquiera, pero no necesita inventar enemigos ni levantar fronteras, ni fomentar el aislamiento. Vemos en España una patria común y solidaria y en Europa un marco de convivencia compartido”, añadió.

Esta es para Feijóo una de las claves, junto a la política de austeridad de su Gobierno durante la crisis económica, para que Galicia “sea una de las comunidades más atractivas para inversiones foráneas”, ya que a su juicio, en lugar de fomentar la división tiende lazos con sus aliados.

Servicios públicos

También sirvió el emplazamiento, el Centro de Transfusións de Galicia, para que Feijóo realizase una defensa del trabajo de la Xunta para preservar los servicios públicos, uno de los caballos de batalla de la oposición que bajo una política de contención económica ha reprochado al Gobierno los recortes en Sanidad, Educación y Servicios Sociales.

“Hemos logrado que lo substancial de la Autonomía del bienestar esté intacto”, replicó Feijóo. “Todos los gallegos pueden tener confianza en la solvencia y continuidad de los servicios públicos”, concluyó.

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