Espantada de Fernández Currás de la comisión sobre la fusión de las cajas

La que fue conselleira de Facenda alude a sus responsabilidades en el Gobierno central

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Poco tiene que investigar la comisión parlamentaria que analiza la fusión de las cajas gallegas. La secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, se niega a comparecer en el Parlamento de Galicia. Y eso que su papel en el proceso de integración de Caixa Galicia y Caixanova fue crucial pues ella era la conselleira de Facenda en aquella época.

No es la única que ha optado por este camino en las últimas horas. Antes que ella, el ex gobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez también remitió una misiva a la Cámara Gallega en la que argumentaba que este viernes –fecha marcada para su comparecencia– estaría en el extranjero.

Los argumentos de Currás

Los argumentos de la conselleira son más elaborados, aunque inválidos para la oposición a la Xunta de Galicia. Currás alega que sus responsabilidades en el Gobierno central como secretaria de Estado de Presupuestos influyen directamente en organismos implicados con el asunto que se investiga en el Parlamento. El Banco de España, el FROB, o la Sareb, el banco malo que recogió los activos tóxicos de las entidades financieras.

Al igual que Fernández Ordóñez, Currás esgrime la doctrina de la Abogacía y del Consejo de Estado en relación a que “las facultades de control de los órganos autonómicos no pueden proyectarse sobre actuaciones llevadas a cabo por órganos estatales”.

Comparecencias clave

Si, como todo parece indicar, ni el ex gobernador del Banco de España ni la ex conselleira comparecen, la comisión quedará seriamente tocada. Ambos jugaron papeles determinantes en todo el proceso de fusión y su comparecencia podría arrojar luz, sobre todo después de las decepcionantes declaraciones de José Luis Méndez y Julio Fernández Gayoso, director general de Caixa Galicia y presidente de Caixanova.

La oposición a la Xunta siempre fue especialmente crítica con el papel que Currás desempeñó en el proceso de fusión de las cajas. En una de sus últimas comparecencias como conselleira sobre el tema, admitió que la fusión quedó “reventada”, aunque por culpa del Gobierno de España y el real decreto que marcó las nuevas exigencias de solvencia para el sector financiero.

Fue la propia Currás la que presentó ante los medios y los actores implicados los resultados de la polémica due diligence de KPMG que avaló la fusión.

«Falta de respeto a Galicia»

Pero ni con esas parece que la ex conselleira vaya a comparecer este viernes en la comisión parlamentaria. Un hecho que ha molestado especialmente a los grupos de la oposición. Tanto PSdeG, como AGE y BNG han coincidido en que la negativa de Currás es una “falta de respeto a Galicia”.

El PP no ha entrado en la polémica y ha apostado por obtener una respuesta por escrito, una posibilidad planteada por la propia Currás en la carta que ha remitido al Parlamento. “Sería mejor que acudiesen todos los citados, pero es preferible una respuesta por escrito a que no contesten”, sostienen.

Feijóo y los informes

El debate sobre las cajas se ha instalado de nuevo en el Parlamento de Galicia y con especial tensión. Este miércoles, el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, trató de restar importancia al cuestionado informe de KPMG. Insistió en que “ninguna caja podía continuar sola” y la fusión gallega era la opción más saludada por los auditores.

Así, relató que existieron ocho informes en los que diversos organismos advertían de la necesidad de la fusión. El presidente recordó que Caixanova encargó a Deloitte un estudio que analizaba la fusión con entidades de fuera de Galicia, mientras que Analistas Financieros Internacionales (AFI) también propusieron a Caixanova una fusión así como reformar la ley para ampliar la edad de los consejeros de las cajas.

Price Waterhouse elaboró otros dos informes, uno en el que valoraba la fusión externa y otro, para Caixagalicia, en el apostaba por la fusión gallega. También Boston Consulting apostó por la fusión gallega. Y, cómo no, KPMG.

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