¿Elecciones el 12 julio? Feijóo debe pisar el acelerador

El presidente gallego sigue sin ofrecer una fecha oficial para las elecciones, pero si quiere celebrarlas el 12 de julio, debe convocarlas antes del martes

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Quizás, en pocas horas, se despeje la incógnita de la fecha de las elecciones autonómicas gallegas que, si nada lo impide, coincidirán con las vascas. Ambos comicios estaban previstos para el pasado 5 de abril, pero fueron suspendidos por causa de la emergencia sanitaria y la consecuente cuarentena. Ahora, tanto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como el lehendakari Urkullu tienen la intención de retomar la cita con las urnas el próximo mes de julio. Ambos han presentado una serie de documentos de expertos sanitarios y asesores jurídicos que refrendan sus teorías de que julio es la mejor fecha, ante el riesgo de rebrotes en otoño. En el calendatio hay ya dos jornadas marcadas en rojo, la de 12 de julio –la preferida por los mandatarios– y la del 19 del mismo mes. No obstante, si el político gallego quiere que la ciudadanía acuda a las urnas en la primera fecha, debe pisar el acelerador. Según la Ley Electoral, tendría que convocarlas antes del próximo martes. Solo así se cumpliría el tiempo mínimo de 54 días que tiene que separar el anuncio de las elecciones de su celebración.

Así que, si la fecha finalmente escogida en el 12 de julio, el Diario Oficial de Galicia (DOG) tendrá que recoger la convocatoria, como muy tarde, este martes, 19 de mayo. Si finalmente, la opción escogida es la del 19 de julio, Feijóo tendrá una semana más de margen.

 

De momento, y aunque de manera informal, desde el PP se trabaja con la fecha del 12 de julio, Feijóo guarda mutismo. En su última comparecencia pública, este domingo, el mandatario autonómico ha insistido en que su intención es que los comicios «se celebren de forma inmediata». Sigue amparándose en los informes emitidos por el comité clínico de la Xunta de Galicia, que recomiendan las elecciones a principios de verano. En cualquier caso, todo parece indicar que, como ya ocurrió cuando se convocaron las elecciones fallidas del 5 de abril, el anuncio se hará a la vez, tanto en Galicia como en Euskadi

La ley confiere a los presidentes autonómicos la potestad intransferible para convocar elecciones autonómicas. Lo ha recordado Feijóo varias veces en estas últimas dos semanas, después de que los principales partidos de la oposición en Galicia, PSdeG, BNG y Galicia En Común se hayan posicionado en contra de la celebración estival al entender que «se trata de una irresponsabilidad» acudir a las urnas en mitad de una pandemia.

Lo cierto es que la propia postura de Feijóo al respecto ha variado en corto periodo de tiempo. Hace unas semanas aseguraba que las elecciones no estaban en su agenda. La pasada, dictaminó la necesidad de buscar «la quincena más segura» ante la necesidad de conformar un nuevo Gobierno autonómico, ya que la actual legislatura expira en el mes de septiembre. El cambio en su discurso se produjo después de que el presidente vasco se adelantase y dejase entrever su intención de convocar en verano. 

El rechazo de la oposición

 

El argumentario de Feijóo para defender los comicios en verano es fuerte. En primero lugar, se ampara en informes sanitarios que dicen que, el inicio de julio será la época más segura. En segundo lugar, indica que es necesario un Gobierno fuerte, y no en funciones, para poder hacer frente a la crisis sanitaria y económica de la pandemia del Covid-19. Pero también guarda otra carta para contrarrestar el rechazo de la oposición. Aunque las delegaciones gallegas de PSOE y Podemos rechazan las elecciones en julio, sus partidos en el Congreso llegaron a un acuerdo con el PNV para lograr sacar adelante la última prórroga aprobada de estado de alarma por el que el Gobierno permitirá abordar la convocatoria de los comicios aún, como es el caso, con la cuarentena vigente.

A pesar de todo, PSdeG, En Común y BNG no quieren comicios tan pronto. Creen que no es responsable y, además, afean a Feijóo que esté «incumpliendo» el acuerdo «unánime» al que llegaron cuando se suspendió la anterior cita electoral. Ese decreto indicaba que, al margen de debatir la fecha con el resto de formaciones, los comicios no podrían convocarse mientras durase el estado de alarma y la emergencia sanitaria. 

Un panorama que cambió en la cuarentena

Existen también datos que los partidos, ni el PP ni los demás, manejan en público. Al margen de la situación sanitaria y de las fechas recomendadas por los expertos, la realidad es que Feijóo es ahora un candidato mucho más fuerte que hace unos meses. Las encuestas realizadas en febrero y principios de marzo de cara a las elecciones truncadas del 5 de abril, indicaban que la mayoría absoluta que ostenta el PPdeG en el Parlamento estaba amenazada por un tripartido de izquierdas. La subida del BNG en intención de voto y el empuje de un Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos daba esperanza a los nuevos candidatos de la oposición, Ana Pontón, Gonzalo Caballero y Antón Gómez-Reino

No obstante, la crisis del Covid-19 dio alas a Feijóo. Con una gran exposición mediática a nivel gallego y estatal durante la crisis sanitaria, el presidente ha sabido transmitir una imagen de buen gestor, apoyándose en el hecho del menor impacto que la pandemia ha tenido en Galicia, que no ha llegado, afortunadamente, a ver colapsados sus centros hospitalarios. Además, ha logrado acallar algunas de las principales polémicas con las que estaba lidiando antes del estado de alarma. Precisamente, antes de la cuarentena, la oposición lo acusaba de estar desmantelando la sanida pública gallega en favor de la privada.

Las últimas encuestas internas realizadas los dias antes del inicio del confinamiento daban a Feijóo, de nuevo, la mayoría absoluta del Parlamento de Galicia y situaban tanto a Vox como a Ciudadanos fuera del mismo, algo que también es del agrado del presidente, ya que significaría que el impacto de estas formaciones en el caladero de votos del PP gallego es menor.

Por otro lado, de celebrarse unas elecciones en verano, aun con la emergencia sanitaria activa, lo más probable es que la campaña electoral cambie y, muy posiblemente, se acorte. También esto sería un handicap para la oposición, especialmente para Caballero y Gómez-Reino, los dos candidatos menos conocidos (Pontón llegó al Parlamento de Galicia en 2004 y es portavoz nacional de su partido desde 2016).

Pasos en paralelo con Urkullu

 

 

Desde que Feijóo admitió que buscaba la «quincena más segura» para las elecciones, los pasos del presidente gallego y del vasco Iñigo Urkullu han ido en paralelo. Incluso escucharon a los partidos el mismo día. Habían coincidido también en convocar para el 5A, aunque tanto en Euskadi como en Galicia se suspendieron los procesos a causa de la crisis sanitaria.

El 5 de abril hubiera sido la cuarta vez consecutiva desde 2009 que gallegos y vascos acudirían de la mano a las urnas. La primera coincidencia la provocó más de diez años atrás Juan José Ibarretxe, quien se sumó a la fecha previamente elegida en Galicia por el entonces presidente autonómico, el socialista Emilio Pérez Touriño.

Ese 1 de marzo de 2009, Feijóo recuperó la Xunta para el PP y, desde entonces, secundó las dos fechas que fijaron los presidentes vascos para los comicios autonómicos: primero con el socialista Patxi López, quien decidió adelantar al 21 de octubre de 2012, y después, el 25 de septiembre de 2016, ya con Urkullu en la Lehendakaritza.

 

 

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