El yihadismo encuentra vías de financiación en el narcotráfico internacional

La policía española detecta vínculos entre los grupos salafistas del Magreb y las redes mundiales de tráfico de hachís

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«Células operativas del islamismo radical en países como Marruecos, Argelia o Mauritania, se financian de forma estable a través de la producción y distribución de hachís a escala internacional». Así de contundentes se expresan diferentes informes policiales sobre la relación entre las actividades radicales y sus fuentes de obtención de recursos.

Cada vez resulta más frecuente que policías expertos en análisis de información de las brigadas antiterroristas acompañen a los agentes de las unidades de narcóticos en la investigación de esas redes criminales de tráfico de estupefacientes, que tienen su origen principal en el norte de África.

Los últimos informes de los grupos contra el crimen organizado del Cuerpo Nacional de Policía, UDYCO, que obran ya en manos del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista, CNCA, revelan que en algunas de las recientes operaciones contra el tráfico de hachís, se ha acreditado que los enclaves de almacenaje e, incluso, de producción de la droga estaban bajo el control «de personas pertenecientes al llamado grupo salafista, una corriente islamista radical considerada como el brazo militar de Al Queda en el Magreb».

Droga por metralletas

La yihad norteafricana sigue los mismos pasos que sus correligionarios en Oriente Medio y Asia. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Inglaterra y Francia, lo más potentes por lo que respecta la lucha contra este ámbito terrorista, coinciden en que, por ejemplo, detrás de la financiación del ejército del «Estado Islámico» se encuentra el tráfico internacional de heroína cultivada en Afganistán, Irak, Siria y Pakistán.

Sin ir más lejos, la policía pakistaní, que inicialmente colaboró con la CIA en la investigación de paradero de Osama Bin Laden, detectó que grupos terroristas utilizaban los propios campos de cultivo de la amapola en el sur de su país para entrenarse.

Coordinación internacional

En este sentido y sin que exista precedente alguno en la lucha contra las mafias criminales más poderosas del planeta, el intercambio de información a través de los servicios de inteligencia de los países directamente implicados en el conflicto del islamismo radical «es total, fluida y constante», en palabras de un comandante del Servicio de Información Antiterrorista de la Guarda Civil.

«Estados Unidos, por ejemplo, tiene enlaces fijos permanentes en nuestro país que nos nutren y a los que nutrimos con todos los datos que merecen relevancia en esta lucha global», agrega.

Presencia adoctrinadora en internet

Uno de los ámbitos en los que, si cabe, es mayor el flujo de información entre policías y servicios secretos se encuentra en internet. La red está sometida a exhaustivos controles por lo que respecta a la distribución de contenidos yihadistas.

Precisamente, la fiscalía de la Audiencia Nacional que coordina todos los casos de terrorismo islamista concluye en un reciente estudio «que internet ha sustituido a los imanes o líderes espirituales, como herramienta de captación y adoctrinamiento de personas para la yihad».

En este sentido, la última operación dirigida por la Audiencia contra una célula que, desde España, se dedicaba a la captación de futuros yihadistas constata que los sospechosos (detenidos en este caso por los Mossos d´Esquadra) habían utilizado internet para intercambiar información y consignas de adoctrinamiento.

Menos ETA, más Yihad

Desde el atentado del 11M en Madrid, y tras la constitución del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista, la lucha contra el terrorismo islamista es, para España, una prioridad. Se ha suscrito convenios con distintos países como Marruecos, Francia, Grecia o Argelia en este sentido. Se ha incrementado la presencia de los Servicios de Inteligencia en consulados y embajadas y se ha multiplicado por diez los recursos humanos y materiales (incluidos fondos reservados) de las distintas brigadas de información antiterrorista que se dedican al islamismo radical.

Así, y a titulo sólo de ejemplo, el Servicio de Información de la Guardia Civil ha cambiado ostensiblemente. Hace sólo 10 años, sus tres principales grupos eran el USE 1, dedicado a la investigación de ETA y su entorno; el USE 2, fundamentalmente dedicado a los GRAPO; y el USE 3 que se encargaba del crimen organizado internacional. Este último grupo ha modificado el objeto de su cometido y tras multiplicar por diez el número de recursos y efectivos se dedica ahora, en exclusiva, al combate del terrorismo islamista radical.

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