El Rey logra el consenso: todos los partidos, incluido Mas, comparten su diagnóstico

El President ve "positivo" que se constate que Cataluña es un problema que debe encontrar una solución

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La claridad y contundencia del Rey Felipe VI en su mensaje de Navidad ha logrado un difícil consenso entre todos los partidos políticos, que acostumbraban a interpretar de forma muy distinta los mensajes de su padre, el Rey Juan Carlos. Tanto el PP, como el PSOE, y también Podemos, han compartido el diagnóstico del monarca sobre los grandes retos que debe afrontar España: la corrupción, la crisis económica, centrada en la creación de empleo, y la situación de Cataluña y su relación con el resto de España.

El propio President de la Generalitat, Artur Mas, mostró su «agradecimiento» por las palabras de Felipe VI, al situar, sin ninguna retórica, el problema catalán. «Reconocer un problema es la primera condición para tratar de resolverlo, lo cual pasa por tratar a Cataluña con el respeto que se merece y por permitirle a sus ciudadanos decidir su futuro, que es el fondo del asunto», afirmó Mas.

 

Podemos comparte el diagnóstico

También Podemos se ha sumado, aunque con ciertas reservas. Su líder, Pablo Iglesias, afirmó, en su cuenta de twitter, poco después del mensaje del Rey, que compartía gran parte del diagnóstico, pero que entendía que los que deben afrontar esos retos no pueden ser los mismos que han llegado a la actual situación.

De hecho, el propio Rey sí deslizó una sutil crítica hacia la formación de Iglesias, al señalar que no se podía pretender derribar todo lo construido desde la transición, y que ha sido un periodo de la historia de España con más elementos positivos que negativos. Esa es, de hecho, la pugna que se dirime en estos momentos: Podemos considera que buena parte de la clase política española debería abandonar la primera línea, y que se debería comenzar de nuevo.

Defensa de la Constitución, para el PP

El PP, sin embargo, ha sido el partido más entusiasta. Y ha considerado, en palabras de Carlos Floriano, que el Rey estuvo «pegado a la calle», y que demostró que «conoce perfectamente los problemas que tienen los españoles y sus retos como sociedad». Floriano también destacó, llevando al Rey hacia los intereses del PP, sus palabras sobre la defensa de la Constitución. Alabó, por tanto, que se refiriera a la «vigencia de los valores constitucionales en lo que se refiere al reconocimiento de la pluralidad y al reconocimiento de la unidad de España».

Sin embargo, el Rey también hizo una mención a la necesidad de «poner al día» la sociedad democrática en España, en una alusión velada a la reforma de la Carta Magna que defienden los partidos nacionalistas y el PSOE.

Los socialistas, precisamente, valoraron la «correcta descripción de los problemas» de España que hizo el Monarca y consideraron que el Rey apoyó las tesis que defiende el partido que dirige Pedro Sánchez sobre las dimensiones de la crisis económica, cuando señaló que los índices del paro «son inaceptables», pese a admitir que los datos macroeconómicos son mejores y que España ya ha comenzado a crecer.

Derecho a decidir, como solución para Cataluña

En la cuestión catalana, fue Artur Mas quien incidió en que reconocer un problema es el primer paso para tratar de resolverlo, pero el President añadió que la solución pasa por reconocer el derecho de decidir de los catalanes. En eso no entró el Rey.

Para el todavía socio de Mas, el líder de Unió Josep Antoni Duran Lleida, el mensaje de Felipe VI tenía un claro destinatario en la figura de Mariano Rajoy, a quien, según Duran, le habría reprochado su «inmovilismo», y le habría pedido la necesidad de «dialogar para buscar una solución política a la situación de Cataluña».

IU, la formación más crítica

Otros partidos, como UPyD se refirieron al mensaje del monarca como «una intervención reconfortante y acertada».

Los más críticos fueron los miembros de Izquierda Unida. Su coordinador general, Cayo Lara, reprochó una intervención «decepcionante, continuista y contradictoria», porque, a su juicio, «no se puede hablar de corrupción, paro y situación en Cataluña, cuando se obvia la necesaria independencia judicial, se asume la propaganda triunfalista del Gobierno y se oculta la vulneración de una Constitución agotada».

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