El rey Juan Carlos quiso casarse con Corinna antes de abdicar

Un libro de la periodista Ana Romero sobre las razones del monarca para dejar el trono asegura que planeaba el retiro en un país extranjero acompañado de 'su amiga'

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Meses antes de su abdicación, el rey Juan Carlos estaba en crisis. Había perdido su buena imagen ante la ciudadanía, las relaciones familiares no eran las mejores y ya no le quedaban ni siquiera sus divertimentos, vetados por la mala influencia de la edad en la salud y por la propia reputación de la monarquía.

Fue entonces cuando Juan Carlos I, en casa de Philip Adkins en Sussex, discutió con Corinna zu Sayn-Wittgenstein la posibilidad de contraer matrimonio y proporcionarle así el título de su alteza real Corinna de Borbón. El plan implicaba aguantar en el trono hasta el 40 aniversario de su proclamación para después retirarse en un país extranjero acompañado de Corinna.

Familia rota

Es lo que sostiene el libro Final de Partida, de la periodista Ana Romero, sobre los motivos del monarca para abdicar en su último capítulo, que este domingo publica El Mundo. Presenta al rey Juan Carlos como una persona aislada, abandonada por su entorno y obligada por su cargo. Le hicieron ver que su proyecto vital no era compatible con el marco político e institucional español, sostiene el libro. Lo que poco alivió su depresión.

Juan Carlos I estaba meses sin ver a su hijo. «Incluso sin ver a la infanta Elena, de la que siempre se dice que es la que más unida está a él. A veces venía a verlo cuando iba a montar a caballo a La Zarzuela, pero ellos no saben lo que es el amor familiar, nadie les ha enseñado. No fue el caso Urdangarin el que descompuso a la familia: esta simplemente no existió nunca», escribe Ana Romero citando a fuentes conocedoras de la relación familiar.

Mándame una pistola

Así las cosas, el rey se entregó a Corinna como único sostén, hasta que tuvieron que convencerlo de que abortase sus planes para no dañar la imagen de institución y país. El estado de ánimo lo refleja Romero en una frase.

El rey le pidió a uno de sus amigos después de que el Gobierno, el jefe de la Casa y hasta el director del CNI le hubieran obligado a cancelar el viaje a Abu Dabi:»Mándame una pistola para que me suicide».   

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