El PSC reta al PSOE a romper la alianza histórica

Miquel Iceta insiste en que los siete diputados catalanes no se abstendrán, y los barones socialistas reclaman que esa decisión tenga duras consecuencias

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Esta vez puede ser la definitiva. Aunque en numerosas ocasiones se han producido desencuentros –el último por el derecho a decidir, que llevó al PSC a romper la disciplina de voto por primera vez en el Congreso– ahora podría provocar la ruptura de la alianza histórica entre el PSOE y el PSC. Los socialistas catalanes han llegado tan lejos que ya no pueden rectificar y dejan en manos del PSOE esa posible ruptura, asumiendo todo lo que pueda llegar, tras insistir en que votarán en contra de la investidura de Mariano Rajoy, y no obedecerán la decisión del comité federal del PSOE de abstenerse.

¿Se trata de un farol, porque saben que no ocurrirá nada? La dirección del PSC considera que una gestora no está legitimida para expulsar, por ejemplo, a los miembros del PSC en los órganos federales del PSOE. Miquel Iceta insiste en que esas decisiones las deberá tomar «el próximo congreso socialista». Entre ellas, la revisión del protocolo de unidad firmado en 1978. «El PSOE tendría todo el derecho a quererlo revisar», aseguró Iceta este lunes.

Los barones críticos se mueven

Pero esa interpretación no es la única. Fuentes socialistas aseguran que la gestora que preside Javier Fernández puede tomar muchas decisiones, las que considere oportunas, porque ningún comité federal las va a cuestionar, después de haber avalado su apuesta por la abstención.

El problema para esa gestora que preside Fernández, pero que apoya Susana Díaz con todo su poder territorial –en los cargos orgánicos del PSOE el PSOE andaluz tiene hasta un 40% de presencia– es que otros dirigentes territoriales se apuntan a las tesis del PSC. Y, de hecho, han remitido una carta para reclamar una «abstención técnica» que sólo implicara a 11 diputados, los mínimos para que Rajoy pueda ser investido.

PSOE en Cataluña

Sin embargo, la cuestión de fondo la representa el PSC, porque obligaría al PSOE a decidir un tema que ha resultado un tabú en los últimos años: abrir o no una delegación propia en Cataluña. Nunca se ha intentado de verdad, porque tampoco se encontró respuesta en Cataluña. Y el último que se ha puesto en ello es un ex alto cargo del PSC, Julio Villacorta, con pocas posibilidades de éxito. Se trata, además, de una cuestión de proyecto. ¿Renunciará el PSOE a su propuesta de una España federal, que se explica principalmente por el empuje en esa dirección del PSC?

Iceta se mostró este lunes expectante. «Nosotros desobedecemos y estamos dispuestos a aguantar las consecuencias, haremos una cosa diferente y romperemos la lógica (la decisión del PSOE). Y si después tenemos que asumir as consecuencias, lo haremos».

El modelo de la CSU y la CDU

¿Qué ocurrirá? El PSC asume diferentes posibilidades. La primera, que todo quede igual; que se les expulse al grupo mixto; o buscar una fórmula similar a la de la CDU alemana con la CSU, que gobierna en el estado de Baviera. La formación de Baviera está incorporada en el grupo parlamentario en el parlamento federal, pero no tiene representantes en la dirección federal del partido. La otra posibilidad, es la ruptura total, y que el PSOE constituya en Cataluña la federación catalana del PSOE, en competencia directa con el PSC.

Nadie quiere esa ruptura. Barones socialistas, como Emiliano García-Page, o el ex presidente extremeno, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, han lanzado duras pullas al PSC. Según Rodríguez Ibarra, la mejor salida sería esa federación catalana del PSOE, porque «nos hacen perder votos, y ellos también llevan años perdiendo».

El PSC cree que todo dependerá del PSOE. Iceta no tiene intención de cambiar de estrategia. Decidió exponer su posición en el comité federal y votar, aunque era consciente de que podía quedar en minoría. Se trata del máximo órgano entre congresos del PSOE.

Cordura

Por ahora, no hay fisuras en el PSC. La alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, siempre muy activa, y partidaria de calmar las aguas, ejerciendo de puente, consideró que el PSC no puede hacer otra cosa que votar en contra de Rajoy, y reiteró que «hay un cierto margen para poner un poco de cordura». Eso implica, para el PSC, que la gestora del PSOE debería permitir al PSC esa diferencia en el voto.

Pero la presión será más intensa en las próximas horas. La gestora del PSOE no desea, ahora, después de hacer lo más difícil con el comité federal, ofrecer una imagen de total ruptura interna.

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