El parque eólico de Mouriños afecta a dos yacimientos arqueológicos

Salvemos Cabana advierte que el estudio de impacto arqueológico continúa “pendiente” pese a la proximidad del parque a los yacimientos

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No solo un impacto natural y paisajístico. El parque eólico de Mouriños, que pretende levantar Gas Natural Fenosa en la Serra do Gontón, también afecta al patrimonio arqueológico gallego. Así lo denuncia la asociación Salvemos Cabana, que valora negativamente el impacto que tendrá el complejo en dos yacimientos ubicados en su área de influencia. Se trata del Castelo de Borneiro y la Mámoa del Pico de Sinde, ambos elementos del patrimonio arqueológico de Galicia catalogados.

La plataforma valora negativamente el impacto que tendrá el desarrollo del parque en ambos, al encontrarse en el polígono que delimita la zona de aerogeneradores. Concretamente, el aerogenerador M3 afectaría al Castelo de Borneiro, un asentamiento fortificado originario de la Edad de Hierro aunque fue posteriormente ocupado durante la Edad Media; mientras que el aerogenerador M1 se situaría anexo a la Mámoa del Pico de Sinde, del Neolítico, según la documentación que la Xunta ha puesto a disposición del público.

Salvemos Cabana advierte que en la información sometida a consultas el preceptivo estudio de impacto arqueológico figura como «pendiente», lo que hace difícil valorar los posibles efectos sobre los yacimientos, por lo que pide que se considere un requisito indispensable previo a la tramitación del proyecto.

En manos de un técnico contratado por la empresa

El colectivo apunta que en la documentación, en la sección dedicada al «control y seguimiento arqueológico», se afirma textualmente que el técnico encargado del control especializado en este terreno se hará cargo «de cualquier eventualidad de índole arqueológica que pueda surgir durante el desarrollo de las obras» pero «evitando, en la medida de lo posible, la paralización o demora de los trabajos».

Para la asociación ecologista, la prerrogativa implica que “el técnico contratado por la empresa es quien decide el destino de cualquier hallazgo arqueológico pero siempre que sea posible evitando la paralización o demora de las obras”. Salvemos Cabana entiende que este poder de decisión sobre el patrimonio gallego “no está justificada sin la presencia de un representante público que pueda controlar como se llevan a cabo las labores propuestas”.

Riesgo para los yacimientos

“Aún teniendo en cuenta el correspondiente balizado, el supuesto control de los movimientos de tierras e incluso la hipotética inspección de los perfiles de las zanjas abiertas para las líneas de interconexión subterráneas, hay un inevitable impacto derivado del establecimiento de las vías de acceso una vez finalizadas, que es el incremento de accesibilidad para el común del público y el consiguiente tránsito de vehículos a motor, algo que en el caso de la Mámoa del Pico de Sinde es especialmente preocupante”, concluye la asociación.

La plataforma, que ha presentado alegaciones al proyecto, constata que “los efectos de esta accesibilidad, quizás no contemplados en toda su amplitud por la promotora, son los que determinan el riesgo de que ambos yacimientos puedan sufrir episodios no autorizados de búsqueda, expolio o alteración del patrimonio cultural sin el conocimiento ni el permiso de las autoridades competentes, no garantizándose así la conservación de los yacimientos, por lo que el efecto indicado como ‘no significativo’ por la empresa en cuanto a la posibilidad de afecciones de carácter arqueológico derivadas del proyecto eólico podrían transformarse en justamente lo contrario por la falta de vigilancia del complejo una vez instalado”.
 

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