El País Vasco prevé pagar sólo 850 millones de euros al Estado por el Cupo en 2015

El ministro Montoro, sin embargo, le pide al lehendakari Urkullu 1.565 millones, en una muestra de que la negociacion política es esencial en el concierto económico

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En pleno proceso soberanista catalán, la reclamación de una Hacienda catalana propia cobra de nuevo sentido, como una de las posibles salidas al conflicto político. De hecho, en la resolución que el Parlament aprobará este lunes, es una de las peticiones que se trasladan al próximo Govern, junto con una ley de seguridad Social. Pero en los últimos meses, se ha puesto en entredicho el propio concierto económico, y, principalmente, el cupo que paga el País Vasco y Navarra al Estado. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, lo cuestionó, y también el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Sin embargo, ¿qué ha ocurrido exactamente en el País Vasco?

¿Qué es el cupo?

El Cupo vasco es la aportación económica anual que Euskadi realiza a las arcas de la Administración General del Estado en concepto de gastos generales que cada una de las provincias vascas asumen por las competencias que el Estado no ha transferido a éstas o a la comunidad autónoma, como es el caso de la Defensa o la representación exterior, junto con el mantenimiento que suponen las instituciones comunes (Casa Real, Congreso y Senado). También las infraestructuras estatales en territorio vasco (puertos, aeropuertos…) A esos gastos se le suma una cierta cantidad, destinada a la solidaridad interterritorial del Estado.

 

¿Cómo se calcula?

Se calcula a través de una complicadísima fórmula matemática, recogida en el artículo 52 de la Ley del Concierto Económico de 1981), similar al algoritmo de Google, que sólo quien es amante de los números puede llegar a entender, y que en la práctica, viene a representar el 6,24% del gasto total que realiza el Estado anualmente en esas materias, y que fue fijado en función de la riqueza que genera el conjunto del País Vasco a la economía del resto del Estado. Ese porcentaje, sin embargo, era el de aquel momento, y no se ha cambiado.

Son cinco pasos:

1) Una vez que el Estado determinada el importe de los Presupuestos Generales del Estado, se le restan las competencias asumidas por Euskadi.

2) Después se le resta el Importe del Fondo Interterritorial, la transferencias a entes públicos u la amortización e intereses de la deuda.

3) Posteriormente se calcula el 6,24% (Índice de Renta Vasca)

4) Una vez hecho esto, se descuentan las compensaciones por ingresos obtenidos imputables al País Vasco.

5) Al resultado, se le descuenta también la parte del déficit presupuestario y otras «compensaciones menores» y el resultado final es el Cupo.

¿A cuánto asciende y quién lo revisa?

La última vez que se calculó fue en 2007, y su importe total ascendió hasta los 1.565 millones de euros. Pero lo situamos respecto al presupuesto de la comunidad autónoma, que es en 2015 de 10.638,95 millones de euros, 423,5 millones más que en 2014, lo que ha supuesto un incremento del 4,1%, según datos facilitados por el Departamento (consejería) de Hacienda del Gobierno Vasco y Eustat (oficina de Estadística dependiente del mismo Gobierno).

Unos presupuestos que no han dejado de aumentar año tras año. Si echamos la vista atrás y los comparamos con los de 1996, el incremento ha sido espectacular, del 153,10%.

En aquel momento la cifra tan sólo ascendía hasta los 4.203 millones de euros. Y para 2016, según lo aprobado en la Ley de Presupuestos, el total ascenderá hasta los 10.933 millones de euros.

Aportaciones de las Diputaciones

Así, según fuentes del Gobierno Vasco consultadas por ECONOMÍA DIGITAL, las aportaciones de los tres territorios en el Presupuesto global de 2015 han sumado un total de 8.737,93 millones de euros. Concretamente, Álava aportó el 16,43% del total, es decir, 1.435,64 millones de euros. Vizcaya, el 50,54% o lo que es lo mismo, 4.416,15 millones de euros; y finalmente, Guipúzcoa, con el 33,03%, 2.886,14 millones de euros.

Y así es como el Cupo inicia su camino hacia Madrid. Después, será una Comisión Mixta (llamada Comisión de Coordinación y Evaluación Normativa) la encargada de actualizarlo y dilucidar posibles problemas que puedan surgir. En ella participan, por un lado, cuatro representantes designados por el Gobierno Vasco, de los cuales tres lo serán a propuesta de las respectivas diputaciones y, por otro lado, cuatro miembros de la Administración del Estado.

La polémica

El debate se centra, por tanto, en si el Cupo está o no bien calculado. En la refriega han intervenido hasta insignes investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Entre ellos, destaca el trabajo desarrollado en 2009 por Ángel de la Fuente, quien estima que los vascos no pagan ni la mitad de lo que les correspondería.

Por si fuera poco, recientemente se realizó una declaración institucional por parte de las autoridades vascas (Gobierno Vasco, diputaciones forales y la asociación de Municipios Vascos) en defensa del Concierto económico y el Cupo entre Euskadi y el resto del Estado. En ella, los firmantes defendían además la aportación realizada por Euskadi Euskadi alegando que es «solidaria» y que Euskadi «aporta por encima de lo que le corresponde».

Las razones del Gobierno vasco

De hecho, el Gobierno Vasco estima que no debe pagar los 1.565 millones de euros que le reclaman desde Madrid, sino solamente 850 millones de euros. Por tanto, la diferencia de cálculo este año llega hasta la nada desdeñable cantidad de 715 millones de euros.

Por si fuera poco, el Gobierno Vasco ha cifrado este año en 1.184 millones de euros el importe de las discrepancias que mantiene con el ejecutivo central desde la liquidación del cupo de 2008.

El Concierto, al ser un pacto bilateral dentro del cual se encuadra el Cupo, sólo es modificable por acuerdo entre las partes. Así, siempre existirá una parte que se sienta menos beneficiada y tratará de llevar el cálculo a sus intereses, utilizando argumentos como la solidaridad o la soberanía propia.

 
¿Eliminarlo?

Eliminar el concierto es complicado. Podría hacerse, pero se requiere una reforma constitucional por el procedimiento ordinario, contemplado en el artículo 167. Se necesitaría una mayoría de 3/5 partes tanto en el Congreso como en el Senado. Y eso, ahora que el bipartidismo flaquea, no parece que vaya ocurrir en mucho tiempo.

Origen del Concierto y el Cupo

¿En qué otros puntos se sitúa la polémica? El Cupo vasco se encuadra dentro de lo que se conoce como «Concierto económico» que tiene su origen actual después de la Tercera Guerra Carlista de 1876.

Fue entonces cuando el presidente del Gobierno español, Cánovas del Castillo, se vio obligado a recurrir a las diputaciones para recaudar los impuestos, ya que el incipiente Estado no contaba con funcionarios suficientes.

Pasado y presente se unen

Como se deduce de lo anterior, son los tres territorios históricos los sujetos de los derechos forales. Por ello, los foralistas (vascos y navarros, porque Navarra también goza de su propio Cupo, llamado Convenio navarro) reclaman el reconocimiento de esta realidad, por ejemplo, en el seno del Partido Popular vasco, durante los últimos años.

Quizá el máximo exponente de esta corriente interna haya sido Ramón Rabanera, ex diputado general de Álava y senador, recién jubilado, quien se enfrentó en su día por este motivo a la corriente liderada por el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Y lo mismo encontramos en destacados líderes del PNV, con Iñigo Urkullu a la cabeza. 

De hecho, llama la atención que en este contexto de agitación nacionalista el lendakari Urkullu no haya iniciado un camino semejante al de Artur Mas en el País Vasco. Y eso lo destacan cada día los nacionalistas catalanes. Por el contrario, el presidente del Gobierno Vasco viene defendiendo en sus intervenciones públicas la foralidad de la comunidad, ya que esto es lo que él entiende que garantiza la autonomía vasca.

Por último, cabe señalar un factor clave que explica el encaje legal del Cupo vasco en el seno de un Estado miembro de la Unión Europa. Sin lo que se conoce como «riesgo unilateral», el Cupo no sería posible en la España de hoy. Es decir, Euskadi debe conformarse con lo que recaudan sus tres haciendas forales, y de ahí debe salir el dinero suficiente para cubrir todos sus gastos.

Repercusiones legales en el seno de la UE

La promulgación de la conocida como sentencia del «caso Azores», sirvió para sentar la jurisprudencia europea sobre el tema. En su sentencia, del 6 de septiembre de 2006, el Tribunal de las Comunidades Europeas de Luxemburgo reconoció el derecho de las islas Azores (pertenecientes a Portugal) de gozar una fiscalidad diferente al resto del país; o dicho de otra manera, que dentro de un Estado miembro puedan existir varios tipos impositivos.

Por esa razón, el País Vasco no puede acudir para financiarse al Fondo de Compensación Interterritorial.

La cuestión es que el País Vasco no ha perdido el concierto económico.  En 1977 la idea fue rechazada por los nacionalistas catalanes de entonces. Un año más tarde, fue el propio Jordi Pujol quien le manifestó su negativa personalmente en Bilbao a Carlos Garaikoetxea, entonces presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV (quien sería el primer lendakari, en 1980).

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